Los escritorios virtuales (VDI) son un recurso atractivo para las universidades. Entre sus ventajas se cuentan la facilidad de que tanto profesores como estudiantes pueden trabajar en el mismo entorno con todos los programas necesarios para los cursos. Para ello, pueden usar diferentes dispositivos: computadoras desktop, laptop, tabletas o teléfono inteligentes, pues la compatibilidad de los VDI es casi universal. El sistema operativo tampoco es problema. Los usuarios sólo deben ocuparse de instalar en sus equipos el cliente virtual necesario para acceder a los recursos. Éstos residen ya sea en la nube o en servidores de la institución educativa.

Para las universidades, el uso de VDI puede significar un ahorro sustancial de recursos, pues ya no necesitan instalar y mantener laboratorios de cómputo tan amplios: basta con dar a los alumnos acceso a la red universitaria para que éstos se conecten con sus propios equipos, de acuerdo con la tendencia BYOD (Bring Your Own Device).

Aún mejor: los estudiantes pueden acceder a su VDI no sólo desde el campus, sino virtualmente desde cualquier lugar en el que tengan conexión a la Internet. Por supuesto, es necesario tener una buena política para gobernar los permisos de acceso y el uso de los recursos otorgados a cada usuario.

Múltiples beneficios.

La administración de los recursos también se facilita, pues son asignados de manera dinámica. Esto permite responder con facilidad a los picos de demanda o, si es necesario, escalar los recursos de los que se dispone.

Escritorios virtuales, recurso atractivo para las universidades

Para el equipo de TIC también hay múltiples beneficios, pues la administración se simplifica: en vez de tener que dar servicio uno a uno múltiples equipos, sólo deben mantener actualizada la imagen maestra del VDI. La instalación y gestión del software de seguridad se simplifica de la misma manera: no deben ocuparse de cientos o miles de máquinas individuales.

La principal limitante a tener en cuenta es que el servidor (o la nube) que provee el servicio tenga los recursos suficientes (como memoria RAM y velocidad de procesamiento) para atender a cada escritorio de manera eficiente.

Una solución a este problema la ofrecen firmas con programas de escritorios virtuales bajo el modelo DaaS (Desktop-as-a-Service). En éste, el proveedor del servicio de nube es el responsable de todo lo relacionado con el mantenimiento y actualización de hardware y software, así como de la seguridad de los datos. Las instituciones no deben invertir en infraestructura y sólo pagan por el servicio usado. A este modelo corresponden, por ejemplo Amazon WorkSpaces o Citrix XenDesktop.

Escritorios virtuales en universidades: puntos a considerar

Hay puntos que conviene tomar en cuenta al desplegar escritorios virtuales en las universidades. Entre los más importantes, se cuentan:

● Determinar con claridad las necesidades y patrones de comportamiento de cada grupo de usuarios. Algunos profesores y el personal administrativo, por ejemplo, suelen mantenerse conectados todo el día, con frecuencia desde el mismo lugar. En cambio, los alumnos se conectan a intervalos desde diferentes puntos del campus. Esto incide en la gestión de los recursos dedicados a cada tipo de escritorio.

● Con suficientes recursos (RAM y procesadores gráficos, por ejemplo) se puede virtualizar casi cualquier programa. Pero no en todos los casos conviene hacerlo: algunos siguen funcionando mejor en instalaciones locales, ya sea por su desempeño o porque el número de usuarios es reducido.

● Dar a los usuarios la facilidad de personalizar sus escritorios virtuales contribuye a aumentar su aceptación y mejora la experiencia del usuario.

● A mayor semejanza del VDI con el escritorio típico de una máquina física, mayor satisfacción de los usuarios. Agrupar demasiados cambios (por ejemplo, virtualizar y cambiar de sistema operativo a la vez) suele generar rechazo.

● Como toda tecnología, requiere capacitación específica. No es lo mismo virtualizar servidores que virtualizar escritorios.