El año 2020 ha sido complicado. En lo que va del año han ocurrido en el mundo fuertes sismos, plagas, erupciones volcánicas, alertas de tsunami, incendios masivos e incluso una nube de polvo proveniente del Sahara que llegó a América Latina. Todo ello se suma a la compleja crisis sanitaria que está afectando economías nacionales y globales y nos ha orillado a reinventarnos.

En México, adicionalmente, estamos en temporada de lluvias y huracanes, lo que puede dar lugar a inundaciones y apagones eléctricos que dificulten la operación de las empresas. Y no sólo por los minutos u horas sin conexión a la Internet, una tecnología prioritaria para mantener la continuidad de las operaciones, sobre todo ahora que muchas de ellas son remotas. También por el riesgo de que se pierdan o dañen los datos más críticos del negocio (incluido el educativo), los cuales son los protagonistas en la era de la transformación digital y la experiencia del cliente.

Abelardo Lara, Country Manager de Veeam en México
Abelardo Lara (foto: cortesía Veeam)

El escenario desafiante que representa lo que resta del 2020 pone aún más estrés en las cifras del Reporte de Tendencias de Protección de Datos 2020 de Veeam (elaborado a principios del año).

En él se destaca que una protección de datos pobre impacta fuertemente a las empresas. El 51% admitió haber perdido la confianza de sus clientes por esa causa. Además, cuando se han caído sus sistemas, la integridad de la marca se ha dañado en el 44% de los casos.

Cuidar la información

Hoy en día 7 de cada 10 negocios (73%) tienen una brecha de disponibilidad, marcada por la velocidad con la que se recuperan ante alguna eventualidad versus la rapidez con que necesitarían hacerlo. El 69% presentan brechas de protección, de acuerdo con la frecuencia del respaldo de sus datos versus la cantidad de datos que pueden permitirse perder.

Guía de supervivencia de datos en las universidades
Ilustración: iStock

No sabemos qué nuevas eventualidades puede traer el 2020, así que no es momento de bajar la guardia en el cuidado de la información, sin importar dónde se encuentre ésta.

Por ello, a continuación presentamos una guía de 3 pasos para garantizar la disponibilidad y protección de datos. Cada uno de ellos tiene como elemento principal a la nube, que no sólo ha demostrado ser una de las principales herramientas para la continuidad de los negocios en tiempos de contingencia, sino que además es la base de la protección de datos moderna.

Protección de datos: buenas opciones

Entrar a la ola del BaaS (Backend-as-a-Service): Además de rentable, el respaldo como servicio ha probado ser la forma más eficiente de almacenar y proteger la información. De acuerdo con el reporte, el 27% del respaldo de las compañías a nivel mundial y el 30% del de las empresas en la región que comprende a México utilizan este modelo. Para 2022, el 43% y 47%, respectivamente, consideran que éste será su método primario para contar con una copia de sus datos.

Guía de supervivencia de datos en las universidades
Ilustración: iStock

●Innovar con el DRaaS (Disaster-Recovery-as-a-Service): Para el 54% de los encuestados a nivel mundial, la recuperación ante desastres como servicio es el principal ingrediente de una protección de datos innovadora. Esto podría explicarse con las cifras que arroja Research and Markets. En su encuesta global resultó que, para el 81% de las compañías, su salto hacia la nube ha sido vital para ayudarlos a manejar mejor su información. El 45% de ellas utiliza DRaaS para la protección de datos. Un 34% adicional anticipan que lo adoptarán hacia 2021.

●Cerrar con broche de oro con la gestión de datos en la nube: La alta disponibilidad de los datos es el fin principal de esta guía. La manera en que las organizaciones pueden confirmar que su información está disponible y protegida, a pesar de que pueda haber eventualidades diversas y sin importar si se encuentra on premise, en la nube o migrando entre infraestructuras, es mediante la gestión de datos en la nube.

Más que una tecnología per se, se trata de una estrategia que comprende el respaldo y la recuperación ante desastres. Pero va más allá, proveyendo un manejo inteligente de la información, con visibilidad, control, integración, orquestación y automatización, para que los negocios saquen mayor ventaja de sus datos, además de mantenerlos seguros.