Las innovaciones en el campo de la inteligencia artificial (IA) continúan sin parar. Uno de los más intrigantes es la denominada IA cuántica. Se trata de la combinación de la IA con otro campo en rápida evolución: la computación cuántica. Dicha integración aprovecha propiedades de la mecánica cuántica, como la superposición y el entrelazamiento, para realizar cálculos complejos con los que las computadoras clásicas tienen dificultades.

La computación cuántica no utiliza bits clásicos, sino bits cuánticos (qubits), que pueden representar múltiples estados simultáneamente, en vez de uno o cero a la vez. Esa capacidad, potenciada por algoritmos cuánticos, como el de Shor, permite resolver los problemas con mayor rapidez que los métodos clásicos.

Una encuesta global realizada en abril pasado por SAS —firma especializada en datos e inteligencia artificial— entre 500 líderes empresariales de diversos sectores, incluida la salud, muestra que más del 60% de los encuestados ya exploran oportunidades o invierten en IA cuántica. La investigación incluyó a líderes de México, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y China. Abarcó las industrias del cuidado de la salud, ciencias de la vida, manufactura, comercio al menudeo y banca, además de tareas de gobierno.

Los encuestados apuntaron posibles aplicaciones prácticas de la IA cuántica: análisis de datos y aprendizaje automático (48%); investigación y desarrollo (41%); ciberseguridad (35%); cadena de suministro y logística (31%); finanzas y gestión de riesgos (26%), y mercadotecnia (20%).

Obstáculos para la IA cuántica

Ahora bien, la adopción generalizada de la tecnología cuántica aún está a años de distancia. Además, las investigaciones actuales en IA cuántica son complejas, a veces confusas, y frecuentemente rodeadas de exageraciones. De hecho, a pesar del interés declarado, la mayoría de las organizaciones no tienen claros los pasos a seguir para adoptar la nueva tecnología.

Para sortear estos escollos, SAS trabaja en conjunto con clientes, investigadores y otras firmas de computación cuántica. Entre ellas se encuentran D-Wave Quantum (proveedor comercial de computadoras cuánticas); IBM (computación cuántica superconductora), y QuEra Computing (computación cuántica de átomos neutros.)

El objetivo es desarrollar arquitecturas híbridas que combinen computación cuántica y clásica. Se enfocan en las industrias que más pueden beneficiarse de la velocidad y escala de la IA cuántica. Entre otras, descuellan la salud y las ciencias de la vida, particularmente en el campo de desarrollo de nuevos medicamentos.

Por supuesto, el camino será arduo. Los encuestados señalaron problemas importantes en la adopción de la IA cuántica. Destacan los altos costos (38%), la falta de comprensión de la tecnología (35%) y la incertidumbre sobre sus aplicaciones prácticas (31%). A ellos se suman la falta de personal capacitado (31%) y la falta de leyes claras (26%). Sin embargo, el panorama a largo plazo puede considerarse promisorio.