El impacto de las redes 5G en la medicina será extenso. Transformará algunas aplicaciones ya más o menos habituales, como el expediente clínico electrónico (ECE) y el monitoreo remoto mediante dispositivos wearables. Lo mismo ocurrirá con otras tecnologías aún emergentes en el campo de la salud, como las realidades virtual y aumentada y las teleconsultas. Por supuesto, los procesos más complejos y hoy relativamente raros, como las cirugías robóticas remotas, también se verán muy beneficiados.

En suma, el ecosistema entero que comienza a integrar la Internet de las Cosas Médicas (IoMT) se verá potenciado con velocidades de transmisión de datos de hasta 20 gigabits por segundo. Es decir, hasta 1,000 veces más rápidas que las redes más robustas de hoy, que rondan los 200 megabits por segundo.

A la velocidad se añade la capacidad: en cada kilómetro cuadrado podrá haber hasta un millón de aparatos conectados simultáneamente. Esto es, 10 veces más que ahora. Además, con latencias menores a 1 milisegundo, la interacción remota entre los dispositivos será virtualmente instantánea.

Adopción acelerada

Alrededor del mundo ya funcionan más de 30 redes 5G. En México, las primeras comerciales serán operadas en 2020 por Telcel y AT&T. Según anuncios de las empresas, la cobertura inicial estará limitada a algunas zonas de Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México.

Si bien ese despliegue inaugural sólo abarcará al 3% de la población del país, se espera que el ritmo de adopción de las redes 5G sea más rápido que el de las 4G. De hecho, de acuerdo con el reporte La Economía Móvil en América Latina y el Caribe en 2018, elaborado por la Asociación GSM, hacia 2025 habrá en México 18 millones de dispositivos conectados a las redes 5G. Ello significará una 14% de adopción.

Tan grande será la importancia de las conexiones 5G que muchos hospitales alrededor del mundo ya consideran a las empresas de telecomunicaciones entre sus socios principales. De hecho, un reporte de Ericsson apunta que la mayoría de los directivos les otorga más importancia que a los desarrolladores de aplicaciones o, incluso, a las propias farmacéuticas.

Redes 5G en medicina: aplicaciones directas

Redes 5g en medicina
La cirugía robótica se beneficiará de las redes 5G.

Entre las aplicaciones directas de las redes 5G en medicina, se puede enunciar las siguientes:

● Las radiografías y tomografías producen imágenes de gran tamaño. Transmitirlas por las nuevas redes 5G tomará apenas unos cuantos segundos contra los largos minutos que implica enviarlas por las redes actuales.

● Las teleconsultas posibilitan brindar atención a un mayor número de pacientes sin necesidad de que éstos se desplacen hasta la clínica o el hospital. Para ello se necesita tener video de alta resolución en tiempo real. En la actualidad, eso limita el servicio a zonas donde hay redes alámbricas. Con las redes 5G, se podrá llevarlo a muchas más zonas.

● El monitoreo remoto en tiempo real se volverá mucho más común, debido a la capacidad de las redes 5G para manejar el copioso volumen de datos generado por los dispositivos wearables. Además, como se recibirá la información en tiempo real, será mucho más fácil intervenir de manera oportuna en situaciones críticas para la salud del paciente.

● El uso de las realidades virtual y aumentada se volverá más común, lo que permitirá mejorar algunos tratamientos ya en uso y desarrollar otros.

● Se podrá potenciar el uso de la inteligencia artificial. Con el despliegue de las redes 5G en medicina será posible procesar de manera más veloz el ingente caudal de datos generados y utilizados por las AI para ayudar con los diagnósticos y la investigación en el campo médico.

● De la mano del punto anterior, el uso de los analíticos predictivos también se verá fortalecido por la mayor velocidad en el procesamiento y análisis de datos.

Ciberseguridad, un pendiente

Por supuesto, esta tecnología no está exenta de algunos inconvenientes. Se pueden mencionar, entre otros, que muchos de los dispositivos actualmente en uso en el sector salud no serán compatibles con las redes 5G y será necesario sustituirlos. Esto, por supuesto, implica fuertes erogaciones que no todas las instituciones, ni públicas ni privadas, estarán dispuestas (o en condiciones) de afrontar.

Otro desafío radica en la ciberseguridad. Se afirma que el uso de las redes 5G en medicina (como en cualquier otro campo) será protegido por características de seguridad inherentes a esta tecnología. Sin embargo, aún queda por ver qué problemas y amenazas surgirán conforme se despliegue. La capacidad de respuesta de todos los involucrados será esencial para asegurar que la adopción de estas nuevas redes no sufra tropezones.