El monitoreo de redes en las universidades ayuda a asegurar la estabilidad del quehacer digital cada vez más común en la vida cotidiana de los campus de hoy. De acuerdo con David Montoya, director regional de Paessler América, apenas entre el 25 y el 30% de las empresas medianas y grandes tienen un buen sistema automatizado para el monitoreo de redes; el resto aún lo hace manualmente y sin capacidad preventiva, sino meramente reactiva.
En el mercado hay múltiples herramientas de monitoreo —inclusive algunas gratuitas, aunque con capacidad y soporte técnico limitados—; por ello, el personal de TIC debe tomar en cuenta algunos puntos esenciales al elegir la más adecuada para su organización:
- Facilidad de instalación y mantenimiento, lo que permite liberar al personal de TIC para otras actividades.
- Escalabilidad y posibilidad de incluir todo tipo de dispositivos, lo mismo switches que routers, cámaras, smartphones, dispositivos wearables o sensores diversos.
- Precios claros, previsibles y sencillos de comprender en lo referido al licenciamiento y servicio.
- Interfaz gráfica sencilla de configurar y entender de manera visual.
Otro punto importante a considerar, sostiene Montoya, es la facilidad para personalizar la herramienta de acuerdo con las necesidades de cada organización: —Nosotros trabajamos con partners locales, a quienes damos la capacidad escribir e incorporar a la herramienta los scripts necesarios para generar tableros de control específicos para configurar las métricas que el cliente necesita vigilar y las alertas que decida emitir —señala.
Monitoreo de redes en universidades: algunas aplicaciones
Paessler comenzó a trabajar en 2007 con universidades públicas y privadas: —Una de las principales ventajas del monitoreo es vigilar quién usa el ancho de banda para controlar los numerosos dispositivos conectados a las redes del campus y mantener la cobertura y accesibilidad, por ejemplo —explica Montoya. Esto es especialmente útil en las épocas en que las redes universitarias tienen un alto volumen de transacciones, como en temporada de inscripciones: —Con la herramienta de monitoreo es fácil realizar pruebas previas de estrés para cerciorarse de tener los recursos suficientes para soportar esa demanda —señala.
Otro ejemplo de los beneficios de monitorear las redes es el control de los recursos bibliotecarios para los alumnos, gran parte de los cuales hoy en día están disponibles en línea y a los estudiantes les basta con dar clic a un enlace para acceder a documentos almacenados en algún servidor —Las herramientas de monitoreo permiten verificar cada cierto tiempo si las URL de los documentos están activas y en su caso generar alertas para tomar las acciones correctivas necesarias —explica Montoya—. Esto funciona mucho en las universidades en línea, donde todos los recursos están asociados a un sitio web.
Estabilidad indispensable
También en el día a día de la vida universitaria, el monitoreo permite asegurar la estabilidad y velocidad adecuada de las redes, algo crucial en esta época en que los ecosistemas basados en BYOD son cada vez más comunes. También facilita mantener accesibles las plataformas (como Blackboard y Moodle) ya sea en la nube o en los servidores de la universidad que ahora se utilizan para la enseñanza: —Si un alumno tiene una fecha límite para entregar su tarea y no puede acceder a la plataforma en línea, su calificación puede verse afectada por un tema del área de TIC —dice Montoya—. Los recursos multimedia también deben estar disponibles en línea.
—En las universidades hoy en día hay tantas cosas que se hacen en línea que el no tener una red controlada y supervisada incluso puede poner en juego incluso el que los alumnos pueda decidir cambiar de institución en ciertos contextos —concluye Montoya.