La inteligencia artificial aplicada a las redes sociales puede detectar la ansiedad y la depresión meses antes de que un paciente sea diagnosticado. Una de las aristas más dramáticas de estas dos afecciones mentales —las más extendidas en el mundo— es que puede pasar mucho tiempo antes de que los enfermos sean diagnosticados y, de hecho, algunos nunca lo son. En los casos más graves, el afectado llega al suicidio.

Para atender este problema, investigadores de todo el mundo han recurrido a la inteligencia artificial (IA) para desarrollar herramientas cada vez más precisas para detectar a las personas en riesgo de enfermar, como el algoritmo de aprendizaje automático (machine learning) creado por investigadores del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt (Nashville, Tennessee, Estados Unidos). El algoritmo ha demostrado en pruebas una precisión de hasta 92% para predecir intentos de suicidio causados por depresión antes de que tengan lugar. Para lograrlo, analiza datos del paciente como edad, sexo, código postal, ingresos al hospital, diagnósticos previos y medicación.

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de las enfermedades mentales mantiene una tendencia al alza en el mundo, con un incremento de entre el 14.9% y el 18.4% del número de enfermos en el periodo de 2005 a 2015. La organización estima que en el mundo hay alrededor de 322 millones de personas con depresión y 264 millones aquejados por trastornos de ansiedad; en México se calcula que alrededor del 4.2% de la población sufre depresión y 3.6% ansiedad. El impacto en pérdida de productividad global se valora en un billón de dólares.

Redes sociales al rescate

Otro frente para detectar posibles casos de depresión son las redes sociales, pues los propios usuarios brindan —muchas veces inconscientemente— información valiosa con respecto a su salud mental. Ya en 2013 los investigadores sudcoreanos Sungkyu Park, Sang Won Lee y Bumseok Jeong desarrollaron una aplicación web para Facebook, llamada EmotionDiary, con el fin de detectar rasgos depresivos en un grupo controlado de usuarios a partir de lo que publicaban, aun cuando ninguno diese otras señales de encontrarse deprimido.

El año pasado, un equipo del Centro Médico para la Salud Digital de la Universidad de Pennsylvania utilizó inteligencia artificial para revisar las publicaciones en Facebook de 683 pacientes en los meses anteriores a su diagnóstico. La IA buscó indicadores como el uso frecuente de palabras como “siento” “dolor” “lágrimas” combinado con el uso de otras asociadas a emociones como tristeza y odio. Los resultados convencieron a los investigadores de que el método es adecuado para detectar a personas deprimidas antes de que las diagnostiquen.

Inclusive el propio Facebook —en palabras de su CEO Mark Zuckerberg— ha empezado a utilizar herramientas de IA para identificar posibles casos de depresión suicida a partir del lenguaje utilizado en las publicaciones y reportarlos a equipos de especialistas para que intervengan de manera oportuna.

Depresión y ansiedad, blancos de la inteligencia artificial

Este enfoque cobra relevancia pues año con año aumenta el tiempo que la gente pasa conectada a sus redes sociales. El 14° Estudio sobre los Hábitos de los usuarios de Internet en México 2018, realizado por la Asociación de Internet.mx, reveló que el año pasado los mexicanos se conectaron en promedio 8 horas con 12 minutos al día. A las redes sociales les dedicaron 3 horas con 28 minutos, con Facebook a la cabeza, seguida de WhatsApp, YouTube e Instagram. Si bien el tiempo total conectado a Internet aumentó sólo 11 minutos con respecto a 2017 (2.86% más tiempo), el dedicado a las redes sociales se incrementó en 30 minutos (16.85% más).

La creciente afición a la vida en el ciberespacio puede incrementar los riesgos de padecer depresión. En 2017 el profesor de psicología Jean Twenge, de la Universidad Estatal de San Diego, encontró que aquellos estudiantes que pasan conectados más de 5 horas diarias son 71% más propensos a mostrar rasgos depresivos que pueden conducir al suicidio.

La buena noticia es que con algunas herramientas de inteligencia artificial se puede detectar los primeros síntomas de enfermedad mental hasta 7 meses antes que las personas allegadas al afectado —ya no se diga los médicos— se percaten del desarrollo del padecimiento, lo que permitirá su atención oportuna y mejorar la calidad de vida de miles de personas.