Los robots en el cuidado de la salud ya son una realidad cotidiana. La palabra “robot” suele evocar a la ciencia ficción contemporánea, aunque los primeros dispositivos automáticos se remontan a la antigüedad. Ya en el siglo IV a.C. el matemático griego Arquitas de Tarento construyó una paloma mecánica movida por vapor.

En el campo de la medicina, el robot más conocido es el Sistema Quirúrgico Da Vinci, construido por Intuitive Surgical. Fue aprobado el año 2000 por la FDA, en Estados Unidos. Consiste en un sillón ergonómico con una consola de control, desde la cual el cirujano acciona los brazos mecánicos del robot (3 o 4, según el modelo), equipados con instrumental quirúrgico. Para su manejo cuenta con cámaras 3D de alta precisión. Se usa en cirugías laparoscópicas de mínima invasión, sobre todo para histerectomías, prostatectomías y algunas operaciones del corazón. En México existe una docena de estos robots, tanto en hospitales públicos como privados.

Fue el primero, pero no es el único de los robots en el cuidado de la salud.

Osteotomías con láser

Durante siglos, los cirujanos han cortado el hueso de la misma manera: con sierras. Por supuesto, eso limita el tipo de cortes que pueden hacer y la precisión de éstos. Ya en el siglo XX se intentó hacerlo con láser, pero sin éxito: el tejido moría en el sitio de la incisión. Fue sólo hasta esta década cuando estuvo disponible el primer instrumento capaz de usar luz para cortar el hueso de manera viable: el osteótomo robótico CARLO, desarrollado por la compañía sueca Advanced Osteotomy Tool.

El nombre del robot es el acrónimo de Cold Ablation Robot-guided Laser Osteotome. El aparato es compacto y se acomoda con facilidad en un quirófano. Consiste en un brazo robótico controlado desde un tablero ergonómico. El dispositivo emite un láser “frío” de baja potencia, capaz de cortar el hueso y los tejidos blandos asociados sin generar calor y sin matar, por ende, las células. Puede realizar cortes en curvas y ángulos definidos libremente por el médico.

Mano de esperanza

La rehabilitación es otro campo donde pueden utilizarse robots para el cuidado de la salud. Existen varias compañías dedicadas a diseñar exoesqueletos robóticos cuyo propósito es proporcionar movilidad autónoma a personas con discapacidades motrices por lesiones en la médula espinal. Pero no es el único objetivo. La compañía Rehab-Robotics, de Hong Kong, desarrolló el sistema de rehabilitación Hand of Hope (“Mano de Esperanza), diseñado para ayudar a recuperar el movimiento de la mano a víctimas de embolia.

Robots al cuidado de la salud.

El dispositivo, mezcla de robótica y neurociencia, consiste en una especie de guantelete mecánico que se fije a la mano del paciente. Mediante sensores electromiográficos colocados en el antebrazo, detecta las contracciones musculares cuando el paciente intenta mover la mano y los transmite al exoesqueleto, el cual ayuda a ejecutar los movimientos.

Los ejercicios repetitivos son importantes para rehabilitar a esta clase de pacientes. Estimulan la neuroplasticidad y ayudan al cerebro a reaprender cómo mover la extremidad, tarea en la que la asistencia del robot resulta ideal. Para facilitar el apego al tratamiento, el sistema ofrece videojuegos interactivos con niveles de dificultad programables. Están diseñados ex profeso para suscitar el interés del paciente y volver menos tediosa la rehabilitación.

Robots antigérmenes para el cuidado de la salud

En los hospitales hay otros nichos donde el uso de robots resulta muy conveniente. La desinfección de las habitaciones es uno de ellos. Las infecciones nosocomiales son un gran problema de salud. En México, según cálculos de la OMS, se estima que cada año causan 32 fallecimientos por cada 100,000 habitantes.

La compañía estadounidense Xenex desarrolló el robot LightStrike, capaz de desinfectar por completo una habitación hospitalaria en tan sólo 10 minutos. Para ello, se vale de pulsos de luz ultravioleta tan intensos que ninguna bacteria los resiste.

El procedimiento es sencillo: una vez que se ha limpiado la habitación de la manera habitual, entra el robot y salen las personas. Entonces, las lámparas de xenón del robot emiten pulsos lumínicos ultravioleta de. Esta tecnología libera una gran cantidad de fotones en un lapso muy corto sin elevar la temperatura. Las ondas de luz destruyen el ADN de los microorganismos: bacterias, virus, hongos, mohos y esporas por igual.

Las pruebas realizadas en los hospitales que lo utilizan (en Norteamérica, Europa, Asia y África) arrojan una disminución de entre 50 y 100% de las infecciones nosocomiales causadas por microorganismos como Clostridium difficile, norovirus, influenza, Ébola, Candida auris y estafilococo áureo resistente a la meticilina, también conocido como SARM.