La realidad virtual ha mostrado efectividad para ayudar en el tratamiento de la esquizofrenia. Esta enfermedad mental afecta aproximadamente a 21 millones personas en el mundo, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud. Entre sus síntomas más característicos se cuentan las alucinaciones, predominantemente auditivas, que sufren alrededor de dos tercios de los pacientes. Y es justamente en este aspecto de la esquizofrenia sobre el que incide positivamente la realidad virtual.
Los primeros ensayos controlados sobre la realidad virtual y la esquizofrenia se hicieron en 2013 por un equipo liderado por el profesor Tom Craig, del London King’s College. El experimento se llevó un paso más allá en 2017, cuando encontraron información que confirma los hallazgos iniciales. Sin embargo, también se indicó que aún hace falta más investigación para comprender a fondo todos los aspectos e implicaciones de este tratamiento. Esto, señalaron los investigadores, es un requisito necesario antes de aplicar este protocolo de manera generalizada.
Las alucinaciones auditivas son muy angustiantes para el paciente. Las voces los agreden y los molestan, con el fin de menoscabar su autoestima. El tratamiento suele consistir en una combinación de medicamentos y terapias de apoyo. Aunque efectivas en la mayoría de los casos, hasta el 25% de los aquejados no logran librarse de las voces.
Para el segundo estudio, el profesor Craig eligió a 150 personas con al menos dos décadas de sufrir esquizofrenia y más de un año afectados por alucinaciones auditivas. La mitad se sometió al nuevo tratamiento y el resto funcionó como grupo de control, con la terapia habitual.
Realidad virtual y esquizofrenia: avatares benéficos
El tratamiento, denominado Terapia AVATAR, consiste en darle “corporeidad” a las voces que escucha y confrontarlas mediante un visor de realidad virtual. El primer paso es modelar al avatar. Esto se hace conforme a las indicaciones del paciente, para recrear de la forma más fiel posible la voz que escucha. Luego, se procede a materializar virtualmente la cara con la que asocian dicha voz. Una vez hecho esto, plantan cara a ese avatar, controlado desde una habitación adjunta por el terapeuta. La terapia experimental se aplicó en 6 sesiones semanales de 50 minutos cada una.
Durante las sesiones, el paciente entabla un diálogo con el avatar, manejado por el médico. Conforme avanza el intercambio, el terapeuta guía la conversación de tal manera que el control se desplaza desde la alucinación hacia el enfermo. Al cabo, éste termina por doblegar a su alucinación hasta el punto de ordenarle que desaparezca. En suma, los pacientes aprenden que en realidad las voces no controlan nada.
Se comprobó que a las 12 semanas de concluida la Terapia AVATAR la mejoría de los pacientes es más notable que la de aquellos que recibieron el manejo convencional. Empero, también se evidenció que dicha diferencia tendía a desaparecer hacia las 24 semanas, lo cual sugiere que tal vez sean necesarias sesiones de refuerzo.
Sin embargo, el campo es promisorio y ya se piensa extender este tipo de terapia a grupos de estudio más amplios, en consonancia con las cada vez más numerosas aplicaciones de la realidad virtual en la medicina.