La realidad virtual en la salud tiene usos prácticos cada vez más comunes. Aunque asociada principalmente con el entretenimiento, sobre todo con los videojuegos, su utilidad en el campo de la salud es amplia. Se calcula que en 2020 el mercado global de la realidad virtual en salud rebasará los 3,800 millones de dólares.

En México se ha empleado en hospitales del IMSS y el ISSSTE para controlar el dolor en pacientes. Lo hizo el doctor José Luis Mosso Vázquez, quien se ha valido esta tecnología en varios campos médicos.

La realidad virtual en salud se aplica con gran éxito para la capacitación del personal médico. Un ejemplo es el programa de simulación quirúrgica de la Universidad de Stanford, que permite a los médicos practicar con aparatos capaces de reproducir de manera realista los sonidos, las vistas e incluso la sensación táctil de operar en un paciente real. Se han concentrado en desarrollar herramientas para el entrenamiento en cirugías creaneofaciales, dentales y de los huesos.

Otro ejemplo del interés que despierta la realidad virtual usada en la salud es la compañía estadounidense Medical Realities, que también ha desarrollado modelos de realidad virtual para proveer entrenamientos inmersivos que permiten a los médicos tener experiencias similares a las de interactuar con un paciente real.

La importancia de este tipo de capacitación radica en que, debido a su carácter multisensorial, aumentan la retención de lo aprendido. Se ha estimado que puede alcanzar hasta el 80% un año después, contra sólo 20% de lo retenido tras un aprendizaje tradicional, basado sólo en la lectura y en videograbaciones.

Sensibilización virtual

El entrenamiento del personal médico no limita al campo quirúrgico. También existen aplicaciones que, con el uso de videos interactivos con un campo de acción de 360° les permiten experimentar en carne propia la manera en que los aquejados por ciertas enfermedades enfrentan el mundo.

Un ejemplo es la herramienta llamada We are Alfred, creación de la firma Embodied Labs. Al colocarse el dispositivo de realidad virtual, el usuario se pone en los zapatos de “Alfred”, un afroamericano virtual de 74 años edad que sufre degeneración macular y pérdida del oído. De esa manera, durante el entrenamiento, médicos y enfermeras perciben el mundo y se desplazan por él como si ellos mismos fueran los pacientes, lo cual aumenta su sensibilización ante las dificultades que enfermos reales experimentan cotidianamente.

El diagnóstico de enfermedades también se favorecido por el uso de la realidad virtual en la salud. Investigadores de la Universidad de Bonn, Alemania, han desarrollado una prueba de realidad virtual que puede detectar la propensión a desarrollar la enfermedad de Alzheimer en personas de 18 a 30 años de edad, mucho antes de que la afección se manifieste.

Para ello, diseñaron un entorno virtual que reproduce un campo, con cielo, montañas y pasto. A su alrededor hay objetos cotidianos, como pelotas. Los pacientes deben recogerlos mientras caminan y, más tarde, devolverlos a su lugar original. Mientras lo hacen, su cerebro es monitoreado mediante imágenes de resonancia magnética funcional. Los investigadores hallaron que, al navegar por el entorno, las personas que por su perfil genético tenían una mayor posibilidad de desarrollar Alzheimer mostraron actividad neuronal distinta del resto. Es decir, su cerebro procesó sus desplazamientos en un área que no es la habitual.

Realidad virtual para la salud ocular

Realidad virtual y salud: usos prácticos

Por su parte, investigadores del Instituto del Ojo Donald K. Johnson, en el hospital Toronto Western, han desarrollado una aplicación de realidad virtual para diagnosticar glaucoma en sus primeras etapas.

Un problema común con esta enfermedad es que los síntomas iniciales suelen pasar desapercibidos para el paciente. La visión periférica es la primera afectada por la enfermedad. Para comprobar si ya hay alguna pérdida, los investigadores diseñaron un entorno que se proyecta a través del casco de realidad virtual para provocar una ilusión de movimiento llamada “vección”.

La ilusión consiste en hacer que el paciente vea una gran escena que se desplaza en su totalidad. En una persona sana, ese movimiento provoca la ilusión de que también se está desplazando (algo parecido al estar sentado cerca de una pantalla IMAX). Alguien que empieza a desarrollar glaucoma no lo percibe, pues la visión periférica que permite la vección se encuentra dañada.