Las redes celulares 5G en las universidades tendrán un impacto significativo. La velocidad a la que transmiten los datos y la densidad de dispositivos interconectados permitirá que las aulas —e incluso un campus completo— hagan uso intensivo de variadas herramientas digitales. Entre las principales se contarán la realidad virtual, la realidad aumentada y la telepresencia. Pero no serán las únicas.

Actualmente, alrededor del mundo funcionan más de 30 redes 5G. En México, las primeras comerciales serán ofrecidas en 2020 por América Móvil y AT&T, aunque su cobertura inicial estará limitada a algunas zonas de Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México.

Si bien ese despliegue inaugural sólo abarcará al 3% de la población del país, se espera que el ritmo de adopción de las redes 5G sea más rápido que el de las 4G. De hecho, de acuerdo con el reporte La Economía Móvil en América Latina y el Caribe en 2018, elaborado por la Asociación GSM, hacia 2025 habrá en México 18 millones de dispositivos conectados a las redes 5G.

Velocidad y densidad

Lo que hoy se hace con Internet se verá potenciado con la velocidad de transmisión de datos de las redes 5G, que alcanza hasta 20 gigabits por segundo. Es decir, 1,000 veces más rápidas que las redes más robustas de hoy, que rondan los 200 megabits por segundo.

Redes 5G en las universidades: su impacto

A esa velocidad se añade la capacidad: en cada kilómetro cuadrado podrá haber hasta un millón de aparatos conectados simultáneamente. Esto es, 10 veces más que ahora. Además, con latencias menores a un milisegundo, la interacción remota entre los dispositivos será virtualmente instantánea. Esto impactará especialmente en el ecosistema del Internet de las Cosas (IoT).

De acuerdo con un estudio realizado en conjunto por Vodafone y JISC (compañía británica de servicios digitales sin fines de lucro, enfocada en la educación), el despegue que tendrán nuevas herramientas de la IoT transformará la manera de trabajar de los profesores. Con la automatización de algunas tareas administrativas, los docentes tendrían más tiempo para concentrarse en las necesidades educativas de cada alumno.

Los estudiantes, por su parte, tienden cada vez más a utilizar sus dispositivos móviles (teléfonos y tabletas) para aprender. Es previsible que, por ende, aumente en los próximos años la demanda de contenidos en línea dentro los campi, en particular de recursos audiovisuales, tanto tradicionales como de realidades aumentada y virtual.

Para satisfacer esa demanda, será indispensable desplegar redes 5G en las universidades, y combinarlas con el uso de la computación en niebla (fog computing).

Redes 5G en las universidades: usos posibles

Entre las aplicaciones directas de las redes 5G en las universidades, se puede enunciar las siguientes:

● El uso de la realidad virtual hará que el proceso de aprendizaje sea más interesante y un tanto convertido en juego (“gamificado”). Se volverán comunes aplicaciones como la mesa virtual de anatomía usada en la Western University of Health Sciences. Ésta permite estudiar funciones y estructuras de un cuerpo humano virtual con más de 300 capas de tejidos.

Redes 5G en las universidades: su impacto

Además, será posible permitir la telepresencia en el de alumnos situados en localidades remotas.

● La realidad aumentada también se volverá más común. Similar a la realidad virtual, puede suministrar información adicional sobre una materia de estudio a cada estudiante, de manera personalizada. Si además es inmersiva, podrá permitir el desarrollo de nuevas formas de aprendizaje colaborativo entre los estudiantes, se encuentren o no en el aula.

● En combinación con el uso de la analítica de datos, las redes 5G ayudarán a que tanto los profesores como algoritmos de inteligencia artificial comprendan mejor el proceso de aprendizaje de cada alumno. Esto podría permitir el diseño sobre la marcha de planes de estudio personalizados

Por supuesto, como toda nueva tecnología, el uso de las redes 5G en las universidades no está exenta de algunos inconvenientes. El principal desafío radica en la ciberseguridad. Aunque se espera que las redes desplegadas en los campi estarán protegidas por características de seguridad inherentes a la red, aún queda por ver qué problemas y amenazas surgirán.