Hace unos días, la iniciativa de Chile “Elige Educar” entregó los resultados de una encuesta docente. Se enfocó en exponer el estado anímico de los profesores de ese país en estos años de enseñanza y aprendizaje en contextos tan fluctuantes. El resultado: de 4,000 docentes consultados, el 77% declaró sentirse «muy estresado». En lo que comienza el retorno a las aulas, el porcentaje de licencia por enfermedad rebasa el 10% en algunos sectores del país.
Pero esta no es una realidad que solo le pertenece a Chile ni tampoco es resultado únicamente de la pandemia. Si bien la crisis sanitaria incrementó estos estados de estrés en los docentes, las condiciones laborales, la falta de infraestructura digital y la obligatoriedad en ciertos programas de estudio, han hecho que, desde hace al menos dos décadas, en Latinoamérica se enfrenten cuadros de estrés en los docentes que muchas veces no son atendidos correctamente.
Salud mental precaria
De hecho, en el artículo Dos enfoques de salud mental en docentes de Latinoamérica: una revisión sistémica, publicado en julio de este año por las docentes colombianas Evelyn Titistar-Cruz, Johana Matabanchoy-Salazar y Oriana Ruíz-Bravo, se analizan más de 30 artículos —entre 2012 y 2019— que hablan de la salud mental de los docentes en América Latina. Esta investigación señala que hay evidencia de afectaciones en la salud mental. Entre otras, «estrés laboral, depresión, neurosis; enfermedades reflejadas en respuestas fisiológicas diagnosticadas (relacionadas con gastritis, úlceras, colon irritable)».
Sin embargo, las condiciones laborales vienen cambiando en los últimos años. Hoy existe una aliada de los profesores: la tecnología. Y aunque todavía hay resistencia a la digitalización por parte de algunos docentes o instituciones educativas, sobre todo aquellas que imparten a los primeros escolares, la implementación de programas y aplicaciones que faciliten la gestión del proceso de enseñanza aprendizaje de manera más eficiente puede ayudar a aliviar estos dolores que hoy son más prevalentes que nunca.
Evitar el estrés en los docentes
La transformación sin planificación puede ser abrumadora, provocando más estrés en los docentes. Los cambios en los entornos educativos pueden resultar confusos muchas veces. Una correcta planificación, implementación y acompañamiento es clave para mostrar a los docentes que usar soluciones tecnológicas pueden mejorar su calidad de vida. Esto es, reducir considerablemente la presión con la que trabajan. Un ejemplo de esto es el software Gradescope. Con el uso de rúbricas dinámicas y la asistencia de inteligencia artificial, disminuye hasta en 50% el tiempo utilizado en calificar. Eso da más espacio a los profesores para planear sus clases, analizar los avances de los estudiantes y su propio desempeño y, por supuesto, descansar.
Hoy en día, una rama del desarrollo de la tecnología educativa es justamente aliviar el exceso de tareas para profesores que trasciende al salón de clases y se extiende hasta su tiempo libre. Dar más tiempo y calidad de vida a los docentes es también mejorar los resultados de aprendizaje de los estudiantes. Eso, a su vez, aumenta el reconocimiento institucional. ¡Con la tecnología usada apropiadamente, todos ganamos!