A causa de la pandemia, las universidades enfrentan serios desafíos para mantener con éxito las clases a distancia. No sólo la ciberseguridad es un preocupación constante. Mantener el interés de los alumnos es también una preocupación central. Esa tarea puede verse facilitada con el uso de aplicaciones móviles.

El uso de aplicaciones móviles ya es ubicuo en la vida cotidiana para realizar actividades cotidianas como el entretenimiento, las finanzas personales o el cuidado de la salud. Por supuesto, la educación también se beneficia de ellas.

●Mediante el uso de aplicaciones móviles los estudiantes pueden, por ejemplo, revisar directamente libros electrónicos y otros textos relacionados con los temarios de las asignaturas en vez de pasar mucho tiempo buscando información en la Internet. También pueden escuchar audiolibros o ver videos para reforzar y profundizar lo aprendido en clase. Por supuesto, también pueden utilizarlas para completar sus tareas.

Una ventaja de utilizar aplicaciones móviles es que a los alumnos se les facilita el acceso desde cualquier dispositivo y en cualquier lugar. El no depender del uso de una computadora cobra importancia sobre todo ahora, cuando muchos estudiantes deben compartir recursos —como las PC o las laptops— con otros miembros de su familia.

Habilidades aprendidas con aplicaciones móviles

Aplicaciones móviles

●Las aplicaciones móviles, por su propia naturaleza, favorecen el desarrollo de habilidades tecnológicas, cuya demanda se incrementa día con día y será mayor en el futuro. Conforme los estudiantes utilicen más aplicaciones en su proceso de aprendizaje, mejor preparados estarán para su desempeño profesional.

Una aplicación bien diseñada puede, inclusive, propiciar la adquisición de dichas habilidades de modo natural. Por ejemplo, pueden utilizarse aplicaciones móviles de carácter lúdico para aprender a escribir código computacional, una habilidad que será cada vez más requerida para los profesionales del futuro, sin importar en cuál campo se desarrollen.

●Uno de las dificultades más complejas de afrontar en la modalidad educativa a distancia es mantener la atención de los estudiantes. Emplear aplicaciones móviles para producir y editar videos puede ser muy gratificante para los alumnos y muy efectivo para los maestros.

En vez de pedir los tradicionales trabajos por escrito, se puede recurrir a la presentación de proyectos en video. Ello no sólo despierta más interés en las generaciones actuales, eminentemente audiovisuales, sino que permite compartirlas en línea con todos los integrantes de cada grupo. Así, no sólo se favorece el involucramiento de los alumnos con los materiales estudiados, sino que se enriquece el entorno educativo virtual.

Frenar la deserción escolar

Aplicaciones móviles

Evitar la deserción escolar es otro aspecto en el que las aplicaciones móviles pueden resultar útiles para la educación a distancia. Un ejemplo de tal uso lo constituye la Indian River State College, de Florida, Estados Unidos. Con el fin de favorecer la permanencia de los estudiantes en sus filas, decidió recurrir a la aplicación Rah Rah, desarrollada por una startup de origen neoyorquino.

Presentada como un “sistema de involucramiento comunitario”, la herramienta concentra los sitios y sistemas institucionales de la universidad en una sola interfaz. Así, los estudiantes pueden, desde un solo lugar, consultar todo lo relacionado con la vida universitaria: servicios escolares, horarios, actividades culturales y deportivas y asistencia financiera.

Permitir el acceso a todos los recursos desde un solo lugar no sólo facilita la vida de los estudiantes, sino que permite a la universidad recolectar y analizar datos para comprender mejor las necesidades y actividades de los alumnos. Con esa información podrán tomar decisiones más acertadas para mejorar su oferta educativa y aumentar las probabilidades de que los alumnos continúen con sus estudios hasta terminarlos.