La ciberseguridad en la educación a distancia siempre ha sido una tarea central para los departamentos de TIC en las universidades. La pandemia de COVID-19 trajo consigo más presiones ante la necesidad no sólo de mantener la ciberseguridad, sino de incrementarla. Los riesgos aumentaron, dado el traslado forzoso al ciberespacio de todas las operaciones de las universidades.

Sin embargo, aun durante la crisis es importante aprender a partir del análisis de las prácticas de seguridad cibernética que se tenían antes de la pandemia, las medidas que hubieron de tomarse para enfrentarla y cuáles serán las mejoras que deberán adoptarse con vistas a los próximos años. Sobre todo, porque es muy probable que el uso de las clases en línea se mantenga mucho más elevado que antes de la pandemia, aun cuando ya no exista ninguna crisis sanitaria.

Las circunstancias de cada universidad son particulares y es difícil establecer criterios generalizables. Aun así, hay algunos factores a tomar en cuenta por todas las instituciones al momento de planear el porvenir de la ciberseguridad de la educación a distancia. Sobre todo, si se toma en cuenta que México es probablemente el país latinoamericano más expuesto a los ciberataques.

Calidad y heterogeneidad

Ciberseguridad y educación a distancia

Calidad de las soluciones. Se dice que para los proyectos de TIC existen 3 alternativas: son buenos y rápidos (pero caros); pueden ser baratos y buenos (pero no rápidos), o son rápidos y baratos (pero no muy buenos). La pandemia impuso la necesidad de la rapidez, así que las universidades tuvieron dos opciones. La primera, instaurar soluciones buenas pero caras. La segunda, soluciones no tan buenas pero más baratas.

En el primer caso, las instituciones tendrán que reajustar sus presupuestos ante posible erogaciones no anticipadas a principios de año. En el segundo, deberán invertir en soluciones más robustas con miras a extender su utilidad en los años por venir.

Heterogeneidad del software de los usuarios finales. La proliferación de programas y aplicaciones web gratuitos se acentuó durante la pandemia. Como resultado, un buen número de estudiantes (y personal docente y administrativo) pueden haber utilizado sus direcciones de correo institucionales para crear cuentas en múltiples aplicaciones. Además, es probable que muchos hayan utilizado contraseñas similares. Para rematar, puede que accedan a ellas desde equipos con vulnerabilidades. En tiempos normales, el personal de TIC puede tener un control razonable sobre estas variables. Sin embargo, en las condiciones creadas por la pandemia, ello se torna casi imposible. Por lo tanto, es urgente planear cómo se promoverá en el futuro la ciberseguridad de la educación a distancia. Es necesario seleccionar las herramientas más recomendables, promover su uso entre las comunidades universitarias y enseñar a sus miembros cómo usarlas sin dejar de lado la seguridad.

Ciberseguridad y educación a distancia: inseparables

Ciberseguridad y educación a distancia

Equipos compartidos. Dado que en los hogares de muchos universitarios las computadoras suelen ser utilizadas por diferentes miembros de la familia, los riesgos para la ciberseguridad de la educación a distancia pueden incrementarse. Una manera de atemperarlos consiste en capacitar a los universitarios para que se aseguren de cerrar sus sesiones. También, de ser posible, que creen perfiles particulares en las computadoras y configurar adecuadamente las aplicaciones de seguridad, como los antivirus, para disminuir el peligro al que se puedan ver expuestos los datos.

Acceso a la Internet en redes abiertas. No todos los universitarios tienen acceso privado a la Internet en sus casas. Algunos se ven forzados a recurrir a hotspots gratuitos y abiertos, como los ofrecidos por algunos proveedores de servicio e instancias gubernamentales. El uso de señales abiertas de WiFi es de por sí una vulnerabilidad en cualquier momento. Una de las maneras más fáciles de contrarrestarla consiste en proveer a los universitarios con soluciones VPN. Capacitarlos para que las instalen y utilicen en sus dispositivos puede incrementar la ciberseguridad de la educación a distancia.

Tarde o temprano, la emergencia por la pandemia de COVID-19 quedará atrás. El retorno a los campi, sin embargo, no significará que las condiciones sean las mismas que antes. Es muy probable que muchas de las actividades universitarias se mantengan en línea de manera indefinida. La tendencia a tomar clases en línea será cada vez más pronunciada. Aplicar con oportunidad las lecciones aprendidas durante la emergencia sanitaria permitirá mantener a futuro una robusta ciberseguridad para la educación a distancia.