La inteligencia artificial (IA) generativa es una herramienta muy promisoria en todas las industrias, incluida la educación superior. No sólo potencia el aprovechamiento del big data, sino que permite crear agentes personalizados, esto es, instancias dedicadas a temas o tareas específicas. El uso de dichos agentes ayuda a personalizar la educación a la medida de cada usuario individual. Sin embargo, el uso indiscriminado de servicios públicos de IA generativa (GenAI), como ChatGPT, puede exponer datos confidenciales de manera indeseada. Es por ello que diversas universidades están optando por desarrollar sus propios modelos de GenAI privada.

Los riesgos de privacidad derivan de que los datos utilizados para entrenar los modelos de IA públicos pueden quedar expuestos a cualquiera que utilice el modelo en el futuro. Para evitarlo, diversas instituciones de educación superior han optado por construir sus propios modelos de GenAI privada. En ellos, los datos no se cargan en servidores accesibles a personas o instituciones ajenas a la universidad. Es decir, ésta no cede el control de los datos y conserva la capacidad para determinar cuáles modelos de IA pueden entrenarse con ellos.

Una GenAI privada mexicana

Para hacerlo, varias de ellas se basan en la plataforma Azure, de Microsoft, pues ofrece privacidad y seguridad de grado empresarial. Otra de las ventajas de dicha plataforma consiste en que utiliza software de código abierto disponible de forma gratuita, lo cual evita la necesidad de pagar las suscripciones a servicios públicos. Además, facilita la integración de la GenAI privada con otras aplicaciones de la institución.

GenAI privada

En México, la primera universidad en desarrollar su propia GenAI privada fue el Tec de Monterrey. En octubre pasado presentó TECgpt, una herramienta concebida para facilitar las tareas académicas de docentes y estudiantes.

TECgpt está pensado para la creación de imágenes y publicaciones para redes sociales, realización de trámites y potenciar la búsqueda de información. Se puede acceder a esta plataforma de GenAI privada de dos maneras: mediante un navegador web o bien, mediante API, para integrarla a otras herramientas ya en uso en la universidad, como ChatTEC y TECbot.

Ventajas y desventajas

Por supuesto, el interés de las universidades por construir sus propias plataformas de GenAI privada es global. Por ejemplo, en el pasado semestre de otoño la Universidad de Michigan (Estados Unidos) lanzó U-M GPT. Se trata de una herramienta que atiende alrededor de 16,000 usuarios al día.

Por su parte, la Universidad de California en Irvine desarrolló una GenAI privada a la que bautizaron ZotGPT. Disponible en su primera etapa sólo para los docentes, puede ayudarlos lo mismo a perfeccionar sus planes de estudio que a escribir código.

Otras universidades estadounidenses que ya experimentan con sus propias plataformas de GenAI privada son la Universidad de Harvard, la Universidad de Washington y la Universidad de California en San Diego. A todas las impulsa la misma preocupación: asegurar la privacidad de los datos y los derechos de propiedad intelectual.

De hecho, la consultora Ithaka S+R formó en septiembre un grupo de trabajo de 19 universidades estadounidenses. Denominado Making AI Generative for Higher Education, busca estudiar a fondo el uso y el aumento de la IA generativa. Entre sus miembros están la Universidad de Princeton, la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Chicago.

Por supuesto, existen algunas desventajas cuando las universidades desarrollan y entrenan sus propios modelos de GenAI privada. El principal puede ser que el GPT de una institución se limita a las investigaciones, pruebas y conferencias realizadas en ella. Por ende, no siempre está tan actualizado como las últimas versiones de ChatGPT comercial. Sin embargo, no parece ser que eso sea un obstáculo insuperable para que cada vez más universidades desarrollen sus propios modelos de IA generativa.