El 30 de noviembre es el Día Internacional de la Seguridad de la Información. La efeméride surgió en 1988 tras el primer caso de malware que se propagó en red del que se tenga registro en el mundo. El objetivo de esta efeméride es que tanto los usuarios como las organizaciones hagan conciencia sobre la importancia de proteger sus datos. Hace falta para estar más preparados ante las vulnerabilidades por venir. De esa forma podemos estar lo más tranquilos posibles con respecto a la preocupación de la seguridad digital.

Comencemos por definir el panorama real. Actualmente atravesamos por un momento tenso, tanto en América Latina como en todo el mundo, en términos de la protección de datos y la seguridad digital. Según el Reporte de Tendencias de Protección de Datos 2023, de Veeam, 83% de las empresas en Latinoamérica tienen una brecha de disponibilidad. Está determinada por la velocidad con que requiere que los sistemas se recuperen versus la rapidez con la que el área de TIC es capaz de hacerlo. Es una cifra muy alta. Señala la carencia de una estrategia de disponibilidad efectiva y adecuada a los tiempos actuales, en gran parte de las organizaciones.

Y es que las interrupciones al negocio que duran tiempos prolongados acarrean serias consecuencias. Los impactos van más allá de los costos financieros, operativos y de reputación de los negocios. También repercuten en el día a día de las personas. No hay que olvidar que, hoy en día, las tecnologías digitales y la conectividad 7×24 son elementos esenciales y naturales de nuestra vida, tanto en el ámbito profesional como en el privado.

Disminuir las brechas

A la par, el reporte mencionado muestra que 77% de las empresas de la región tienen una brecha de protección. Esta se muestra entre la cantidad de datos que pueden permitirse perder y la frecuencia con la que el equipo de TIC protege sus datos. Este hecho es también sumamente relevante.

Estamos en una era en la que, para que funcionen correctamente los múltiples servicios que utilizamos a diario, dependemos en gran medida de que los datos se compartan en tiempo real. Cuando esto no es posible, o bien si se comparte información incorrecta, corremos el riesgo de tener grandes problemas. Al observar las estadísticas, está claro que cada vez más organizaciones se están tomando mucho más en serio esto.

En Latinoamérica el aumento de los presupuestos dedicados a la protección de datos para este año es mayor que el global: 7.3% versus 6.5%. Y la tendencia es que seguirán creciendo en los años por venir. Es creciente la importancia de una protección de datos consistente y confiable, así como para continuar luchando contra la creciente amenaza del ransomware.

De hecho, de acuerdo con Gartner, la seguridad digital y la protección de la información encabezan la lista de las áreas principales a las que los CIO destinaron sus mayores inversiones durante 2023, con 66% de las respuestas. El tema queda por encima de la analítica de datos e inteligencia de negocios (55%); las plataformas de nube (50%); la inteligencia artificial (32%), y la hiper automatización (24%).

Proteger los respaldos

seguridad digital

Otra cosa que el informe detectó es que la protección de datos es punta de lanza en la “cloudificación” en proceso en las empresas. El 84% de los negocios a nivel regional planean usar el respaldo como servicio (BaaS) y la recuperación ante desastres como servicio (DRaaS) para proteger sus servidores. La preocupación por la recuperación es comprensible, toda vez que los ataques de ransomware siguen creciendo. En 2022, 89% de las compañías latinoamericanas sufrieron de este mal al menos una vez; más de la mitad (52%) experimentaron de dos a tres agresiones a lo largo del año.

Sin duda, el ransomware es un gran negocio, y las organizaciones deben tenerlo claro. Pero más allá de la excelente decisión de invertir más para poder librar la vulnerabilidad de estos ataques, la seguridad digital de la información no debe verse como un problema de dinero. Con una protección cibernética sofisticada, las empresas se benefician enormemente.

●Modernizan sus estrategias de protección de datos conforme actualizan sus sistemas de producción de datos para tener los enfoques y soluciones correctos.

●Conforman un firewall “humano” cuando los empleados pueden reconocer y prevenir mejor los posibles ataques, mediante un esfuerzo constante de capacitación y concientización. Y cabe destacar que ésta última no necesariamente implica mayor desembolso de costos a la empresa.

Fortalecer la seguridad digital

Al inicio comentaba que, como sociedad, estamos atravesando por una etapa de tensión. Para los administradores de TIC no es menor el reto. Deben construir y soportar entornos híbridos cada vez más complejos, mientras la cantidad y el nivel de daño de los ataques cibernéticos rompe récords. Las tecnologías de respaldo heredado se han quedado obsoletas para esta nueva realidad. Ello redunda en una recuperación poco confiable o lenta, en el mejor de los casos, que de igual forma es inaceptable hoy en día.

Para enfrentar los desafíos de la actualidad y logar la tranquilidad —si no total, sí lo más cercana posible— de la seguridad digital, la mejor respuesta es implementar una estrategia que permita la resiliencia, protección y libertad de los datos. Ahora que éstos se generan, viven y consultan en múltiples entornos, desde físicos hasta nativos de nube, las áreas de TIC necesitan contar con una solución que los abarque todos, incluida la migración entre ambientes. También, que ofrezca una recuperación ágil de respaldos seguros e inmutables, con soporte para datos móviles y evitando el bloqueo de terceros. La libertad de los datos debe ser, sobre todo, el elemento clave, puesto que aún desconocemos los retos del mañana.