Los costos de funcionamiento y la eficiencia energética en las TIC han sido durante mucho tiempo importantes en los procesos de toma de decisiones. Sin embargo, debido a la preocupación por el calentamiento global y el aumento de precio en los energéticos ahora ocupan el primer lugar en la lista de prioridades. Esto, a su vez, está haciendo que los CIO de todo el mundo —organizaciones de salud incluidas— se replanteen el enfoque que adoptan. En particular, en los centro de datos se pueden obtener enormes beneficios en ambos aspectos.

Las estimaciones varían, pero según la Agencia Internacional de la Energía y otros, los centros de datos y sus infraestructuras asociadas representan alrededor del 1% del consumo mundial de energía. Esta cifra conlleva un impacto medioambiental equivalente al funcionamiento de casi 6 millones de vehículos. Dichas cifras significan que cualquier acción para reducir el consumo de energía no sólo ahorraría dinero a las empresas. También tendría un impacto significativo en lo que respecta al cambio climático.

Hay muchas formas de abordar este problema. Algunas organizaciones, por ejemplo, abandonan por completo sus centros de datos locales y se pasan a la nube. Sin embargo, esto no supone necesariamente un ahorro en los costos de funcionamiento. De hecho, a muchas empresas les resulta más caro gestionar que un centro de datos in situ, y sin la seguridad presupuestaria de una instalación física. Tampoco aborda los problemas climáticos. Simplemente los convierte en un problema ajeno.

Cambios en los centros de datos

Infraestructuras hiperconvergentes
Imagen: cortesía de Nutanix.

El centro de datos parece estar aquí para quedarse durante algún tiempo. Con cambios en el modelo operativo puede ofrecer los beneficios de la nube a un menor costo en términos de energía y emisiones.

De hecho, ese cambio ya se está produciendo al pasar de las arquitecturas tradicionales de tres niveles (servidores+almacenamiento+redes) a los modelos de nueva generación. Destacan las infraestructuras hiperconvergentes (HCI). Según la mayoría de los analistas, son la mejor forma de reducir el consumo de energía y la huella de carbono de los centros de datos.

Se debe a que las infraestructuras hiperconvergentes distribuyen la potencia de cálculo y el almacenamiento en plataformas de hardware de bajo costo, vinculándose con el software y utilizando la virtualización para proporcionar un conjunto operativo fácilmente escalable y gestionable.

Se trata de una tecnología madura, con varias plataformas disponibles. Las infraestructuras hiperconvergentes tienen beneficios claros en términos de consumo de energía y cambio climático:

●Podrían lograrse beneficios cuantificables en toda una serie de organizaciones. Desde las pequeñas empresas, pasando por las grandes, hasta los hiperescaladores y los proveedores de servicios gestionados a gran escala.

●En comparación con las plataformas informáticas tradicionales, las infraestructuras hiperconvergentes de nueva generación podrían reducir el consumo de energía y la huella de carbono hasta en un 27% al año.

●Los centros de datos de colocación a gran escala ofrecen un factor de PUE (eficacia del uso de la energía) mucho más bajo que las típicas instalaciones locales. El cambio a arquitecturas HCI podría aumentar el ahorro de energía hasta un 30-40%.

●Los centros de datos de próxima generación podrían proporcionar acceso a la energía renovable mediante acuerdos de compra a largo plazo (PPA). Así, contribuirían al objetivo de neutralidad climática de una organización sin tener que invertir en certificados de CO2.

Infraestructuras hiperconvergentes para la neutralidad climática

Infraestructuras hiperconvergentes
Ilustración: iStock.

Es importante reconocer que el sector de los centros de datos ha logrado importantes mejoras en la eficiencia energética durante las últimas décadas. Ahora es uno de los más avanzados en términos de eficiencia energética y descarbonización.

No obstante, sigue siendo un gran consumidor de energía y podría mejorar mucho. Además, si no se producen cambios significativos, la demanda de energía en el futuro seguirá aumentando. Eso generará grandes cantidades de emisiones de dióxido de carbono.

Las respuestas a todo esto se encuentran en las tecnologías innovadoras de los centros de datos de nueva generación, como las infraestructuras hiperconvergentes. Ya han demostrado su eficacia y tienen el potencial de ofrecer considerables ganancias de eficiencia, con un impacto significativo en el costo de la energía y el cambio climático.