El cuidado de la salud produce enormes cantidades de datos. De hecho, se calcula que alrededor del 30% de los datos generados en el mundo provienen de la atención sanitaria. Ahora bien, para aprovechar ese big data se requiere contar con una buena observabilidad de los datos médicos. La finalidad es lograr que sean utilizables.

La observabilidad se refiere al análisis sobre el funcionamiento interno del software que gestiona los datos en los sistemas y procesos empresariales. Su propósito es comprender la operación y el desempeño de un sistema dado en tiempo real. Eso facilita el monitoreo, la optimización y la resolución de problemas.

En la industria sanitaria, la observabilidad de los datos médicos se dirige en gran media hacia la principal fuente de información: los expedientes clínicos electrónicos (ECE).

Ahora bien, integrar la información al ECE no siempre es sencillo. En muchos casos, los datos provienen de notas e historias clínicas escritas a mano, que luego se escanean e incorporan a la solución de la empresa. Además de ser lento, este sistema puede ser fuente de errores. Por otra parte, los datos pueden verse afectados a su paso por sistemas heredados, su almacenamiento en silos y una interoperabilidad deficiente.

Aprovechar la observabilidad de los datos médicos

observabilidad de los datos médicos

Entre los obstáculos que se deben sortear cuando se busca una buena observabilidad de los datos médicos se cuentan principalmente los siguientes:

Captura ineficiente de datos. La información clínica se integra, sobre todo, a partir de datos no estructurados. Tienen diferentes formatos no estandarizados, pues provienen de fuentes muy diversas, como notas manuscritas y estudios de imagenología.

Fragmentación. En muchas empresas sanitarias persisten sistemas heredados y silos de información, lo cual dificulta el intercambio de datos. Esto resulta en que, en muchas ocasiones, su tratamiento no puede ser automatizado y se deben consultar manualmente.

Volumen. El crecimiento imparable del big data clínico es un desafío constante para todas las organizaciones de atención sanitaria. Requiere dedicar cada vez más recursos (dinero, infraestructura) para su almacenamiento, muchas veces en la nube. Al no estar estructurados, su consulta y análisis se vuelven complejos.

Regulación estricta. El manejo de los datos médicos está muy acotado por las leyes que protegen su confidencialidad y la privacidad de los pacientes. Eso dificulta su gestión. Las organizaciones no sólo deben controlar con sumo cuidado que sólo acceda a ellos el personal acreditado, sino asegurarse que los proveedores —de almacenamiento, por ejemplo— cumplan con los requerimientos legales para el manejo de dichos datos.

La expansión del big data en el cuidado de la salud es imparable y su aprovechamiento despierta un creciente interés. Por ello, tiene sentido invertir en las herramientas necesarias para optimizar su gestión. La finalidad principal, por supuesto, es mejorar la atención de los pacientes, seguida por optimizar el uso de los recursos de las organizaciones. Y entre dichas herramientas debe contarse, en lugar destacado, una buena solución para la observabilidad de los datos médicos.