La primavera de 2020 fue muy diferente de todo lo que hemos visto en el pasado. El alcance de la crisis global no tiene precedentes. Impactó cada área de nuestra vida diaria, desde la forma en que trabajamos y compramos hasta la forma en que socializamos.

Sin embargo, después del choque inicial, las personas (y la tecnología) enfrentaron el desafío. Encontramos innumerables formas de lidiar con la situación, de sostener los vínculos sociales, de mantener la economía en funcionamiento, así como el flujo de conocimiento e información. Cada parte de la economía, cada actor en nuestra vida diaria encontró alternativas. El mundo digital de pronto se convirtió en la nueva normalidad.

Salud inteligente, parte del mundo digital tras la COVID-19

Muchos de nosotros hemos adoptado, progresivamente, servicios y aplicaciones digitales en los últimos años, pero la pandemia generó nuevas necesidades. También generó nuevos usuarios: personas que acceden a servicios en línea, como la cuenta bancaria o un portal gubernamental, por primera vez. Y todos nos convertimos en usuarios entusiastas de soluciones de pago móviles y sin contacto.

Thales brindó apoyo a servicios como la expansión de la salud inteligente para que los profesionales de la salud pudieran monitorear a los pacientes de forma remota, mientras que los nuevos teletrabajadores pudieron conectarse a las redes y a las aplicaciones de sus empresas, gracias al despliegue de soluciones de acceso remoto confiables.

Salud inteligente: parte del mundo digital

Esta rápida adopción de lo digital destaca varias cosas:

●El uso de la tecnología sin contacto, que se expandió aún más durante la crisis, se convertirá en una parte permanente de nuestra vida. Las transacciones diarias sin contacto se han duplicado desde que comenzó la crisis, y todo el sistema, desde las terminales de pago hasta las conexiones a Internet, ha hecho frente al aumento de la carga.

●La seguridad cibernética no es un extra opcional. La pandemia trajo consigo una nueva ola de ataques cibernéticos y muchas organizaciones aún eran vulnerables. Ya conocíamos los riesgos, pero hoy son más reales que nunca. Existe una clara necesidad de invertir en una seguridad que evolucione con el entorno de las amenazas.

Salud inteligente, parte del mundo digital tras la COVID-19

●La identidad digital es esencial para probar quién somos en línea y para acceder a los servicios de forma remota, incluidos los de salud inteligente. El aislamiento incrementó la necesidad de soluciones simples de identificación digital que nos permitan probar quién somos al acceder a los servicios desde una computadora o un teléfono inteligente. Numerosos gobiernos y empresas están trabajando en esquemas de identidad de ese tipo.

●El mundo digital debe basarse en la confianza: al usar un servicio digital necesitamos tranquilidad, así como el equilibrio correcto entre seguridad y conveniencia. Sin embargo, podemos retirar esa confianza en el momento en que algo salga mal (o se perciba que algo salió mal).

La crisis de la COVID-19 nos ha enseñado muchas cosas, y muchas nuevas oportunidades y desafíos están ahora en el horizonte. Esto nos ayudará a construir la sociedad del mañana, una sociedad basada en servicios digitales, como la salud inteligente, que no sólo son prácticos, sino que también respetan los derechos del individuo.