El 68% de las brechas de seguridad provienen de errores humanos o ingeniería social. Esto afecta a organizaciones de todas las verticales, entre ellas las universidades. Es por ello que la educación, la anticipación y la respuesta ágil se consolidan como los pilares de la ciberdefensa moderna. En este contexto, las organizaciones mexicanas enfrentan el desafío de proteger su continuidad operativa en un entorno hiperconectado, regulado y en constante transformación. En otras palabras, deben fortalecer su resiliencia digital.
El cibercrimen se consolida como una de las economías más rentables del planeta, con un impacto global estimado en 10.5 billones de dólares anuales para 2025, según Statista. Lejos de ser un problema exclusivamente tecnológico, la ciberseguridad hoy representa un imperativo de negocio. Los ataques de ransomware, las filtraciones de datos y los incidentes en la cadena de suministro lo han puesto de manifiesto. Es indispensable de contar con estrategias integrales que combinen tecnología, talento, cultura organizacional y cumplimiento normativo
En este marco, Sonda subraya la importancia de evolucionar desde una visión reactiva hacia una gestión resiliente del riesgo. Su enfoque se basa en acompañar a las empresas a identificar, proteger, detectar, responder y recuperar, con una perspectiva consultiva que conecta la ciberseguridad con la estrategia corporativa.
«El reto no es sólo prevenir ataques, sino construir organizaciones preparadas para resistir, responder y recuperarse con rapidez. Una ciberdefensa moderna ya no es una opción, sino una ventaja competitiva», señala Óscar Bouquet, director de ciberseguridad de Sonda México. «Combinamos conocimiento local, experiencia regional y alianzas globales para anticipar amenazas y apoyar en la protección de infraestructura, datos y reputación empresariales».
Recursos para la resiliencia
El reporte Cost of a Data Breach Report 2024, de IBM Security y Ponemon Institute, ubica en 4.88 millones de dólares el costo promedio de una brecha de seguridad. Se trata de un aumento del 10% frente al año anterior. Además, se requieren en promedio 292 días para detectar y contener un incidente relacionado con credenciales robadas. Eso demuestra la necesidad de establecer una ciberdefensa moderna mediante capacidades de detección temprana y respuesta automatizada.
Frente a este panorama, Sonda ha desarrollado una estrategia integral. Abarca desde la seguridad de la información y el cumplimiento normativo (ISO 27001, NIST CSF, CIS Controls) hasta la protección avanzada 24/7 a través de centros regionales de ciberdefensa (SOC y MDR). Su propuesta se apoya en tecnologías de inteligencia artificial (IA), machine learning y automatización (SIEM, SOAR, Threat Intelligence). Eso permite reducir los tiempos de respuesta y mejorar la visibilidad de los entornos híbridos y multinube.
En Latinoamérica, 68% de las brechas de seguridad se origina en errores humanos o ataques de ingeniería social, de acuerdo con el informe Data Breach Investigations Report 2024, de Verizon. Esta realidad ha impulsado a Sonda a reforzar su línea de Awareness-as-a-Service. Se trata de sensibilizar y capacitar a los colaboradores sobre buenas prácticas digitales, phishing, protección de credenciales y gestión responsable de la información.
Cultura para una ciberdefensa moderna
La ciberdefensa moderna no depende únicamente de los firewalls o las contraseñas. Requiere una cultura organizacional que incorpore la ciberseguridad en todos los niveles de decisión. Sonda ofrece servicios como CISO Virtual, consultorías en gobernanza y cumplimiento (GRC) y programas de evaluación y mejora continua de la madurez cibernética.
La convergencia entre tecnologías de información (TIC), operación (OT) y nube ha ampliado la superficie de ataque. Por ello, Sonda propone una arquitectura de seguridad convergente que incluye modelos Zero Trust, SASE, protección OT e inteligencia de amenazas en tiempo real. Además, sus servicios de Red Team y Ethical Hacking permiten poner a prueba los controles internos, simular ataques reales y evaluar la respuesta de los equipos de seguridad.
Este enfoque integral no solo busca evitar incidentes, sino asegurar la continuidad del negocio y la confianza de clientes, socios y usuarios. La ciberdefensa moderna implica que una organización sea capaz de mantener sus operaciones críticas, incluso en escenarios adversos. Por supuesto, debe recuperarse sin comprometer su reputación ni su valor de mercado.
«La ciberseguridad debe verse como un proceso continuo de mejora, no como un proyecto puntual. El compromiso de la alta dirección es clave para avanzar hacia una cultura digital segura y sostenible», concluye Bouquet.











