La consultora McKinsey & Company estima que el uso de la inteligencia artificial generativa (IAG) reportará de 6.1 billones a 7.9 billones de dólares anuales de beneficios económicos. De hecho, 55% de las organizaciones en el mundo —incluidas universidades— están probando pilotos o produciendo modelos de IAG. Además, seis de cada 10 se encuentran en fase de aprendizaje de esta tecnología. A su vez, 78% considera que sus beneficios son mayores a los riesgos, pues es innegable el aumento en la productividad laboral que puede generar.

Esta tecnología se hizo popular hace apenas un año, con el lanzamiento de Chat GPT, de Open AI. Hoy ya existen numerosas herramientas para cubrir los requerimientos de las compañías interesadas en incorporar la IAG en diversas áreas.

«Aunque la popularización de la inteligencia artificial generativa es muy reciente y el mercado se agitó, nuestra experiencia en IA nos permitió actuar rápidamente para desarrollar e implementar la tecnología internamente y para nuestros clientes», asegura Marco Stefanini, CEO de Stefanini Group.

«Hemos trabaja con IA durante más de 12 años a través de nuestra empresa Woopi, que creó la asistente virtual inteligente Sophie», añade Stefanini. La herramienta tiene la capacidad para comprender y usar lenguaje humano, realizar análisis semántico, identificar sentimientos y recuperar y agrupar información. Además, tiene aplicaciones habilitadas por voz, lo cual la convierte en algo mucho más sofisticado que un simple chatbot.

Cabe señalar que según la consultora Gartner, la inversión en inteligencia artificial generativa llega ya al 30% del presupuesto promedio destinado por las organizaciones. En este sentido, Stefanin Group planea destinar al desarrollo de nuevos productos y servicios con IAG parte de los 200 millones de dólares que invertirá en fusiones y adquisiciones en los próximos tres años.

Potencial económico de la IAG

IAG
Ilustración: cortesía de Stefanini Group.

La IAG ha tenido un impacto significativo para las organizaciones en innovación, resolución de problemas, experiencia del usuario y los propios esquemas de trabajo. Además, de acuerdo con el estudio El potencial económico de la IA generativa, de McKinsey, esta tecnología puede abordar retos empresariales de forma que produzca uno o más resultados cuantificables. Algunos ejemplos son la capacidad de la IAG en interacciones con los usuarios, generar contenidos creativos y redactar código informático basado en lenguaje natural, entre otras tareas. En estos casos de uso analizados se calcula que dicha tecnología puede agregar entre 2.6 billones y 4.4 billones de dólares de valor.

Para 2026 Gartner prevé que más del 80% de las organizaciones ya estén usando o desplegando aplicaciones de IAG. Esto representa un aumento muy significativo en comparación con otra encuesta de la misma consultora realizada en marzo y abril de 2023. En ella, sólo el 15% de los encuestados estaba probando la IA generativa y el 4% la tenía en producción.

Para cubrir los requerimientos de las empresas, Stefanini cuenta con una biblioteca con más de 1,000 herramientas de inteligencia artificial. Puede ayudar en el desarrollo de soluciones de ciberseguridad, ciencia de datos y entornos digitales de trabajo (digital workplace), entre otros.

La IAG de Stefanini ofrece a diversos dispositivos la capacidad de ver y comprender el mundo que les rodea. Por ejemplo, refuerza la seguridad mediante imágenes de video, analizando imágenes satelitales, detectando fallas en equipos o creando sistemas de navegación para vehículos autónomos.

Por último, también ofrece soluciones en ciencia de datos. Lo hace a través de modelos de aprendizaje automático personalizados y prediseñados para búsqueda de patrones y predicciones. También con herramientas y servicios de visualización de datos.