Aunque las universidades planean comenzar el siguiente periodo educativo en septiembre, aún no se sabe con certeza cuándo podrán volver a impartir clases presenciales. Ante tal situación, es indispensable afinar los recursos disponibles para continuar con la modalidad de clases en línea. Es ahí donde entran en juego los escritorios virtuales. Existen dos modalidades principales: Virtual Desktop Infraestructure (VDI) y Desktop-as-a-Service (DaaS).

La primera modalidad, VDI, ha estado en uso por largo tiempo y su principal ventaja es el control que brinda a la universidad sobre los recursos. Esto se debe a que los sistemas operativos y los programas suelen residir en servidores propiedad de la institución educativa, que son configurados y mantenidos directamente por su área de TIC. Esto permite gestionar de manera personalizada el VDI de cada usuario.

También facilita el aprovechar directamente los recursos físicos ya instalados en los campi, cuya administración se simplifica. Para mantener los VDI al día, basta con actualizar la imagen maestra en vez de actualizar las máquinas individuales una por una. Otra ventaja es que la administración de las soluciones de seguridad también se mantienen al corriente de una manera centralizada.

Además, dado que los VDI no son una solución nueva, en muchas instituciones los han adoptado desde hace tiempo en un grado más o menos amplio. Una desventaja relativa es que se requiere una inversión regular para mantener actualizados tanto el hardware como el software.

Uso combinado

VDI y DaaS para continuar las clases a distancia

En la segunda modalidad, DaaS, un proveedor de servicios en nube ofrece el servicio integral de hardware y software, tanto de mantenimiento y actualización como de la seguridad de los datos. Esto resulta en que las instituciones no deben invertir en infraestructura y sólo pagan por el servicio usado. Entre sus ventajas se cuentan la flexibilidad y la escalabilidad. A este modelo corresponden, por ejemplo Amazon WorkSpaces o Citrix XenDesktop.

Ahora bien, aunque el software reside en una nube, suele estar interconectado a recursos instalados en los campi, lo cual puede causar algunos problemas de latencia o de saturación del ancho de banda. Además, aun cuando de inicio puede resultar una solución más económica que la infraestructura necesaria para instalar y operar VDI, el precio pagado por los DaaS aumenta conforme crece la demanda y las necesidades de las instituciones. A la larga, el gasto puede igualar o incluso superar el de los VDI.

Por supuesto, siempre cabe la posibilidad de utilizar ambas modalidades de servicio. Así, al combinar VDI y DaaS se obtiene una gran flexibilidad para satisfacer las necesidades específicas de cada universidad y ajustar los servicios con rapidez para adaptarlos a una demanda variable. Es decir, al asignar los recursos de forma dinámica, se facilita atender los picos de demanda.

VDI y DaaS: flexibilidad y eficiencia

VDI y DaaS para continuar las clases a distancia

En todo caso, hay puntos importantes a tomar en cuenta al elegir y configurar VDI o DaaS. Entre ellos:

●Determinar con precisión las necesidades y patrones de comportamiento de cada grupo de usuarios. Los profesores y el personal administrativo tienden a conectarse con horarios más regulares. Los alumnos, en cambio, suelen hacerlo a intervalos y a horas muy distintas, lo cual condiciona la gestión de los recursos dedicados a cada tipo de escritorio.

●Dar a los usuarios la facilidad de personalizar sus escritorios virtuales contribuye a aumentar su aceptación y mejora la experiencia del usuario.

●A mayor semejanza del escritorio virtual con el típico de una máquina física, mayor satisfacción de los usuarios.

Ya sea que se adopte VDI, DaaS o una combinación de ambos, sus ventajas para la enseñanza a distancia son claras. Entre ellas, se cuenta la posibilidad de ofrecer tanto a profesores como a estudiantes un entorno controlado con las aplicaciones necesarias para las clases. Otra gran ventaja es la universalidad de las soluciones VDI y DaaS. Basta con instalar el cliente virtual necesario, sin importar el sistema operativo o el equipo del que trate: computadoras desktop, laptop, tabletas o teléfonos inteligentes.

En cualquier caso, la ciberseguridad es un aspecto importante. Para mantenerla, es indispensable una buena política para gobernar los permisos de acceso y el uso de los recursos otorgados a cada usuario. Si se utiliza VDI, la responsabilidad primaria es del equipo universitario de TIC. En cambio, si se contrata DaaS, el proveedor es el responsable de brindar la seguridad requerida.