El cuidado de la salud emplea cada vez más herramientas y soluciones de TIC. De hecho, en un momento dado, cientos —o hasta miles— de dispositivos pueden estar conectados a las redes de las empresas de salud. Y hoy en día, con la práctica de la telemedicina ya bien establecida, el número no disminuirá. Eso implica la necesidad de utilizar herramientas de monitoreo del rendimiento de aplicaciones. El objetivo es mantener tanto la calidad del servicio como la seguridad de los datos.

Sin embargo, las herramientas de monitoreo no suelen proporcionar información detallada sobre todos los evento. Para ello se requieren soluciones adecuadas para la observabilidad de los dispositivos. Las soluciones de monitoreo del rendimiento de aplicaciones (Application Performance Monitoring, APM) están diseñadas para lograr la visibilidad la red, la infraestructura, las aplicaciones y las actividades de los usuarios. El monitoreo genera información y la observabilidad la pone en uso. En otras palabras, consiste en añadir al monitoreo información contextual accionable.

Por ejemplo, las herramientas más comunes de monitoreo del rendimiento de aplicaciones pueden dar seguimiento de cuántos dispositivos están conectados. Y no se limitan a conocer las direcciones MAC e IP; de hecho, permiten identificar con precisión los dispositivos a los que pertenecen y saber qué están haciendo en las redes de la organización.

CX y monitoreo del rendimiento de aplicaciones

Puesto que hoy mucha de la experiencia de los clientes (CX) del sector salud es digital, el monitoreo del rendimiento de aplicaciones cobra relevancia. Los pacientes se conectan, por ejemplo, para programar citas, consultar resultados de análisis de laboratorio, solicitar medicamentos y, por supuesto, tener consultas de telemedicina. En todos los casos, tienen la expectativa de recibir un servicio perfecto. Y las herramientas de observabilidad ayudan a brindarlo.

Con las herramientas de monitoreo del rendimiento de aplicaciones el departamento de TIC puede recopilar métricas sobre el rendimiento del ecosistema. Eso, además de brindar información útil para mejorar la UX, también contribuye a la ciberseguridad. Facilita la detección de acciones anómalas o sospechosas y determinar los dispositivos que las generan. Esa información ayuda al equipo de ciberseguridad a tomar las medidas necesarias.

Ahora bien, lograr un buen monitoreo del rendimiento de aplicaciones comienza con la elección de la solución más adecuada para las necesidades particulares de cada organización. En cualquier caso, conviene que las herramientas elegidas faciliten la recopilación y el análisis de datos no estructurados. Deben ser capaces de procesar y enrutar datos (métricas, eventos, registros y rastros) en cualquier entorno de TIC.

El objetivo es convertirlos en información útil sobre la cual tomar decisiones mejor informadas para asegurar el éxito de la organización y sus pacientes.