La realidad aumentada en la salud es una herramienta que ya muestra aplicaciones útiles. Esta tecnología puede definirse como una forma de experiencia en la que la percepción del usuario es enriquecida con contenido generado por computadoras. Dicho contenido está diseñado para ubicaciones y actividades específicas y puede incluir desde objetos planos e información escrita, visual o auditiva, hasta proyecciones interactivas en 3D. Inclusive, puede llegar a integrar estímulos hápticos (táctiles) u olfativos, como los que experimentan en algunas salas de cine. Un ejemplo muy conocido de la realidad aumentada (RA) es el juego Pokémon Go, el cual causó furor en todo el mundo hace unos meses.

Se calcula que este año el mercado global de la RA en el cuidado de la salud alcanzará 1,500 millones de dólares.

Para acceder a la realidad aumentada suele bastar con el uso de tabletas o teléfonos inteligentes (a veces montados en marcos para usarlos a manera de gafas), pero en otras sí requiere el uso de visores especiales. A diferencia de los utilizados en la realidad virtual (RV), que aíslan al usuario y reemplazan el entorno real por otro generado por computadora, los utilizados en la RA los mantienen en todo momento en contacto con el mundo físico.

Cerebros flotantes

Precisamente esas características (mantener contacto con la realidad y poner información al alcance la vista) son las que permiten que la realidad aumentada en la salud sea tan promisoria. Entre otras cosas, permitirá a los cirujanos operar de manera más precisa al proporcionarles acceso a representaciones tridimensionales de cualquier parte del cuerpo e interactuar con ellas. Esto resulta particularmente útil en el quirófano, pues de esa manera podrán estudiar en detalle la anatomía de cada paciente individual en modelos tridimensionales generados a partir de las imágenes médicas (tomografías, resonancias, radiografías) tomadas previamente al procedimiento.

Los modelos son proyectados en un visores que permiten a los médicos verlos sobrepuestos sobre el paciente. De esa manera, pueden visualizar órganos, músculos o el esqueleto antes de determinar los mejores puntos para efectuar las incisiones. Además, en caso de una emergencia durante la operación, podrían acceder en segundos a la información que necesiten directamente en sus visores en vez de tener que buscarla en el expediente clínico electrónico o en documentos impresos.

Aplicaciones prácticas de este uso tuvieron lugar en el hospital St. Mary, de Londres, donde un equipo de cirujanos del Imperial College utilizaron el HoloLens de Microsoft durante operaciones reconstructivas en las piernas. El dispositivo les permitió ver hologramas de los huesos y los vasos sanguíneos (producidos a partir de tomografías axiales computarizadas de las extremidades de los pacientes) de manera directa y precisa, como si los estuvieran observando a través de la piel.

Realidad aumentada en la salud: visualizaciones tridimensionales

Realidad aumentada en el cuidado de la salud: algunos ejemplos.

Extirpar tumores cerebrales es otra posible aplicación de la realidad aumentada en la salud. Investigadores de las firmas Magic Leap (estadounidense) y Brainlab (alemana) trabajan en el desarrollo de un programa de RA que permitirá a los cirujanos operar con la ayuda de una imagen tridimensional del cerebro del paciente. La imagen será proyectada en el aire y los cirujanos podrán verla con visores. En su creación interviene tecnología de almacenamiento en nube y procesamiento de información desarrollada por los alemanes con la plataforma de computación espacial y plataforma experiencial de los estadounidenses.

Otra aproximación al uso de la RA en los quirófanos es la herramienta desarrollada por la compañía estadounidense EchoPixel, que permite a los doctores visualizar modelos 3D de los órganos y tejidos del abdomen de los pacientes para asistirlos en las cirugías. Además de combinar las tomografías tomadas previamente para construir los modelos, el sistema incorpora cuatro cámaras que siguen los movimientos de las cabezas de los cirujanos para determinar su ángulo de visión, anteojos para desplegar las imágenes 3D y una pluma que permite a los usuarios desplazarlas e interactuar con ellas en tiempo real.

Otra compañía estadounidense, AccuVein, desarrolló una aplicación de RA que permite a las enfermeras mejorar su precisión al aplicar inyecciones intravenosas. Se estima que en hasta el 40% de estas inyecciones las enfermeras no aciertan en la vena en el primer pinchazo, por las dificultades inherentes a localizarlas. En el caso de los pacientes pediátricos o geriátricos el porcentaje de yerros es aun mayor. La herramienta de RA consiste en un escáner de mano que proyecta sobre la piel la ubicación de los vasos sanguíneos. Esta visualización permite disminuir el número de falsos piquetes, con el consiguiente bienestar de los pacientes y el menor estrés de los trabajadores.