La telefonía celular podría ser útil contra el COVID-19. Proporcionar a los funcionarios de salud historiales de llamadas o facilitar las comunicaciones digitales puede contribuir a frenar la velocidad de propagación de la enfermedad.
Aunque no es un concepto nuevo, la posibilidad de utilizar los datos de la red de los operadores de telecomunicaciones para ayudar a las autoridades a mapear, predecir y contener la propagación de epidemias está nuevamente sobre la mesa. De hecho, puede ser una herramienta importante en la lucha contra la expansión del coronavirus.
«La movilidad humana es, claramente, un factor clave en la forma en que el virus se propaga geográficamente. La conectividad móvil está saturada en la mayoría de las partes del mundo. Por lo tanto, rastrear y monitorear el flujo de personas puede desempeñar un papel importante en las estrategias de contención», indica Fabio Goepfert, director de ventas de FICO, proveedor de tecnología analítica y gestión de decisiones.
A medida que los dispositivos móviles viajan entre las torres de telefonía celular, la red registra eventos como llamadas, SMS y uso de datos, junto con la hora y el lugar. La información se recopila en los CDR (call detail record o registro de detalles de llamadas). Muchos operadores ya utilizan los CDR de forma anónima para detectar patrones y tendencias en el análisis de masas. En este caso, se trata de aplicar la analítica de datos para enfrentar la emergencia sanitaria.
Telefonía celular y COVID-19: huellas del desplazamiento
Según explica Fabio Goepfert, «el desplazamiento humano acelera directamente la propagación de la enfermedad. Los CDR se pueden usar para monitorear el movimiento de las personas. Procesados por un software analítico moderno, arrojarían información que ayudaría a los científicos de datos a predecir con precisión hacia dónde se está moviendo la enfermedad e idear nuevas estrategias de contención».
Esta tecnología ya se ha usado en otras oportunidades: Telefónica, por ejemplo, utilizó los CDR para contribuir a la evaluación de la eficiencia de las medidas gubernamentales durante el brote de gripe H1N1 en México en 2009. Sin embargo, hasta la fecha, no existe un análisis centralizado de CDR de operadores en diferentes países. Además, el uso de esta función debe gestionarse cuidadosamente para respetar la privacidad.
Otra forma en la que puede usarse la telefonía celular contra el COVID-19 es a través de la comunicación omnicanal. «Para las personas que viajan, además del mensaje de bienvenida habitual de roaming, se les puede enviar mensajes interactivos a través de múltiples canales. Así, les llegarían las recomendaciones más recientes y pautas de precaución específicas para esa ubicación particular. Los mensajes relevantes personalizados y contextualizados pueden ayudar a las personas a controlar la diseminación del virus», agrega Goepfert.