La TIC pueden ayudar a prevenir la violencia doméstica. De acuerdo con cifras del INEGI, se estima que el 44% de las mujeres en México han sufrido violencia por parte de sus parejas. El confinamiento por la COVID-19 ha causado un incremento en esta problemática, según reflejan las cifras del primer trimestre reportadas por el Centro Nacional de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Ante este panorama, dos académicos de la Universidad del Valle de México, la doctora Aimé Gutiérrez Antúnez y el doctor Erik Leal, desarrollaron una herramienta matemática que predice los niveles de violencia doméstica. Su objetivo es contribuir a la evaluación de riesgos, así como ayudar a los centros de atención y a las víctimas a romper el ciclo de violencia.

De acuerdo con la doctora Gutiérrez, alrededor del 79% de las mujeres adolescentes víctimas de violencia no buscan ayuda. Por ello, es urgente capacitar a los trabajadores de la salud para que brinden un buen seguimiento temprano a las víctimas en el momento que pidan ayuda. Ello incluye proporcionarles apoyo emocional, consejos e información sobre cómo resolver la problemática.

Además de la capacitación, se requieren herramientas cuantitativas y cualitativas que contribuyan al proceso de toma de decisiones. También se requieren modelos matemáticos para pronosticar los niveles probables de violencia que las víctimas podrían experimentar a lo largo de un año.

La herramienta desarrollada por los académicos de la UVM representa gráficamente los comportamientos probables de la pérdida de control del perpetrador. Para ello, simula los escenarios probables de violencia de pareja y lo vincula con un cuestionario que estima en forma cuantitativa el nivel inicial de violencia doméstica de la víctima.

Modelos predictivos

TIC para prevenir la violencia doméstica

El cuestionario a aplicar incorpora 18 ítems seleccionados de dos instrumentos: el “Índice de abuso de cónyuge (ISA)” y la “Escala de gravedad de la violencia contra las mujeres”. Ambos se usan en instituciones de salud y organizaciones internacionales para prevenir la violencia hacia la mujer. Los dos han demostrado ser útiles para la cuantificación de la violencia masculina hacia las mujeres en una relación.

Por lo tanto, con el objetivo de ayudar a los trabajadores sociales y las víctimas, los profesores desarrollaron el uso y las aplicaciones probables del modelo matemático propuesto.

Las premisas tomadas por el modelo son que el perpetrador acumula cada mes su probabilidad de perder el control, lo cual se manifiesta como violencia doméstica hacia su pareja. Esto se presenta en ciclos de abuso.

El doctor Erik Leal expuso las variables clave utilizadas por el modelo matemático para simular los escenarios probables de violencia. Estas son: la pérdida de control del perpetrador, los pesos asignados a cada pregunta del cuestionario aplicado, y las frecuencias de los actos violentos.

Asimismo, se busca realizar validaciones clínicas sobre el nivel de violencia doméstica que presenta una víctima para compararlo con los escenarios probables generados por el modelo. El objetivo es ayudar a las víctimas a prevenir futuras lesiones relacionadas con la violencia doméstica o de otros tipos.

Violencia doméstica: fenómeno a estudiar

TIC para prevenir la violencia doméstica

Si el experto en salud detecta el comportamiento de pérdida de control del perpetrador, debe brindar ayuda a la víctima durante los primeros seis meses para disminuir los niveles de violencia doméstica.

El doctor Leal indicó que, por ahora, la herramienta no está en línea, sino que debe instalarse en cada computadora. Sin embargo, señala que lo ideal es cargarlo en servidores para que los trabajadores de la salud puedan alimentar la información en línea. Acto seguido, a partir de las gráficas de predicción de violencia doméstica, tomar las decisiones más adecuadas para asistir a la víctima.

La doctora Aimé Gutiérrez expuso que una vez que una mujer ha sido detectada como víctima de violencia doméstica por un trabajador de la salud —ya sea en una institución pública o privada—, recibe asistencia a partir de monitoreo y la aplicación de programas de evaluación de riesgos. Dichos programas duran en promedio de uno a dos años.

«La idea es convencer a la víctima para dar seguimiento a su caso para confirmar si el modelo hizo una buena predicción del nivel que se esperaba», agregó el doctor Leal.

Los autores señalaron que se espera que este trabajo sea útil para centros de atención e investigadores. Su objetivo es contribuir al estudio y al conocimiento del fenómeno de la violencia doméstica, que afecta a todas las sociedades del mundo.