A inicios de 2023, cerca de mil millones de consumidores ya se han mudado a los servicios que ofrecen las redes 5G móviles. El fin es aprovechar los beneficios de una red hasta 100 veces más rápida que 4G; además, admite millones de dispositivos más sin pérdida de servicio. Aun así, lo cierto es que la gran mayoría de estos usuarios todavía no acceden a una red 5G verdadera en absoluto.
Muchas de las redes que pretenden dar este servicio dependen de la infraestructura 4G subyacente. Así, quienes cuenten con la nueva tecnología serán quienes en efecto tomen la delantera para participar del impacto que generará en la economía global.
Analistas e investigadores de GSMA y ABI Research estiman que, para 2025, 5G represente una cuarta parte de todas las conexiones móviles. A la cabeza irán los países en desarrollo de Asia y el Pacífico, con 64% de sus usuarios conectados; los seguirá América del Norte, con 63% de suscriptores en línea, y China, con 52% de sus conexiones adheridas a la red 5G.
Esto se debe a que esta nueva tecnología puede reemplazar una gran parte de las redes privadas actuales, además de enriquecer los servicios en la nube con hiperescaladores y ofertas de conectividad garantizada. De ahí que, para noviembre de 2022, 487 operadores de redes móviles hayan planificado lanzamientos de tecnología 5G en 145 países. Además, 36 operadores ya han lanzado redes 5G en 21 naciones, y 111 operadores más, de 52 países, están invirtiendo en redes 5G.
Impacto de 5G hacia 2030
Para los operadores de telefonía móvil o MNO (por las siglas en inglés de Mobile Network Operator) es claro que una de las propiedades más destacables de 5G es la de asignar capacidad de red a empresas privadas a través de un “corte de red”. Esto brinda a las empresas los medios para configurar conexiones de alta velocidad y baja latencia en un entorno autónomo. De hecho, se espera que esta conectividad sobrealimentada transforme numerosas verticales e impulse nuevos mercados, como la telesalud.
Se prevé que entre 2022 y 2025 los MNO gasten hasta 620,000 millones de dólares en CAPEX en la transición de las actuales redes 5G de primera generación a las nuevas generaciones. De éstas se espera un gran retorno de inversión en las próximas décadas.
Al respecto, la GSMA prevé que 5G beneficie a la economía global en más de 960,000 millones de dólares para 2030. Será principalmente en las regiones desarrolladas, incluido el este de Asia y el Pacífico, Norteamérica y Europa.
A grandes retos, grandes propuestas
Por otra parte, resulta interesante cómo la Internet de las Cosas (IoT), que en inició como un simple monitoreo remoto de máquinas expendedoras o refrigeradores inteligentes de primera generación, hoy se vislumbra como un campo de oportunidades el escenario de las redes 5G. Por su amplia capacidad (baja latencia y redes ampliadas que permiten hasta 10 veces más dispositivos por kilómetro cuadrado) se espera que para 2025 haya hasta 75,000 millones de dispositivos IoT conectados. Esto es casi el triple de lo que se tenía en 2019.
Ante este escenario, también es importante tener presente el impacto que tendrá 5G en el consumo de datos. Según el Informe de Movilidad 2022 de Ericsson se espera que los usuarios de móviles del mundo pasen de consumir 90EB (exabytes) al mes en la actualidad a 325EB en 2028. Esto es, asumiendo que los usuarios adoptarán cada vez más aplicaciones hambrientas de datos, incluyendo AR, VR y realidad mixta.
Conscientes del potencial de desarrollo que representa 5G, los proveedores tienen presente el reto para los próximos años. Consistirá en conectar suscriptores “inalcanzables” en ubicaciones remotas previamente; admitir miles de millones de nuevos dispositivos IoT; y fraccionar el ancho de banda, para que las empresas puedan ejecutar sus propias redes.
Futuro de las redes 5G
Actualmente los MNO invierten en redes no terrestres (NTN) para garantizar que 5G llegue a todos los rincones del planeta. En este rubro, Thales está lanzando satélites basados en el mismo marco 3GPP que las redes 5G. Esto permitirá que las NTN conecten directamente dispositivos 5G sin necesidad de actualizar los conjuntos de chips dentro de los teléfonos.
Desde luego, para que estos dispositivos operen de manera eficiente, son necesarias tarjetas SIM 5G dedicadas y seguras. Thales fue la primera empresa en ofrecer la SIM 5G, disponible en todos los formatos utilizados (SIM extraíble, SIM M2M, eSIM).
A ello se suma la experiencia de la compañía en seguridad en red con módulos de seguridad de hardware (HSM) y soluciones de cifrado de alta velocidad (HSE). Con ello busca enfrentar el mayor peligro de contaminación cruzada y fuga de datos por el incremento de tráfico y servicios 5G.
Lo cierto es que a partir de 2023 y durante los próximos siete años las redes 5G tendrán una participación elemental en el desarrollo de la economía mundial. Así, quien asuma el reto de invertir en esta tecnología deberá tener presente todos los pormenores a enfrentar.