La capacidad almacenamiento de datos para el aprendizaje remoto puede resultar crucial. Esto se encuadra en el desafío de adaptar e implementar clases remotas para los estudiantes. De acuerdo con la UNESCO, más de 1,500 millones de estudiantes se han visto afectados con clases suspendidas o reconfiguradas. Esa cantidad constituye el 91.3% de los estudiantes en todo el mundo y la cifra aumenta a diario. En consecuencia, y aparejada al fenómeno, va la búsqueda de herramientas tecnológicas para llenar este vacío educativo.
La mayoría de los estudiantes en México no están preparados para el escenario actual. Además, aunque el aprendizaje remoto es una opción hoy muy recurrida en el país, el contenido utilizado generalmente se basa en documentos escritos y videos esporádicos, que no requieren tanto de las plataformas estándar. Para luchar contra los desafíos que trae el panorama de la pandemia, muchas universidades ofrecen cursos en línea gratuitos que requieren infraestructura como banda ancha, 4G, alta disponibilidad y mejoras de almacenamiento para mantener un nivel de servicio más alto.
Clases en video
Hay dos grandes preocupaciones en este cambio abrupto de las clases presenciales a las clases en línea. La primera, mantener a los estudiantes cómodos con las nuevas herramientas. La segunda, mantener el nivel de aprendizaje sin la presencia física de maestros y colegas. Por dichas razones, muchas instituciones optan por contenidos de video y piden a los maestros que suban las clases un par de veces a la semana o incluso a diario.
Parece una gran alternativa para el escenario actual, pero hay algunos desafíos locales que es crucial superar. Una gran cantidad de personas ni siquiera tienen una conexión WiFi estable en sus hogares, lo cual puede dificultar que los alumnos sigan las clases en vivo. Por lo tanto, almacenar contenido escrito y clases de video en plataformas digitales es la opción más democrática en esta situación.
Por otro lado, para habilitar esta opción, las universidades deben proporcionar plataformas que sean capaces de soportar el gran volumen de datos que serán creados, almacenados, compartidos y accedidos por múltiples usuarios. Para esta brecha específica, el almacenamiento flash es la solución más confiable.
Almacenamiento de datos orientado al aprendizaje remoto
Al igual que hacen las grandes plataformas de video como, por ejemplo, YouTube, las universidades deben optar por una tecnología moderna capaz de llenar inmediatamente la brecha de infraestructura para brindar conocimiento y soporte con la misma eficiencia de las clases presenciales. Ya sea en tiempo real o desde una base de datos a la que los alumnos puedan acceder cada vez que lo necesiten. Las plataformas basadas en tecnología flash permiten a profesores y estudiantes cargar, compartir y acceder a contenido con agilidad, al tiempo que protegen los datos y reducen drásticamente el tiempo de respaldo.
Descubrir nuevas formas de enseñanza y aprendizaje puede ser un camino difícil de recorrer. Las nuevas tecnologías, aliadas a los servicios y la gestión modernos de almacenamiento de datos, orientados al aprendizaje remoto, pueden suavizar la transición Con las herramientas adecuadas, los profesionales de TIC pueden mantener un alto nivel de sus servicios y soporte para que los maestros puedan seguir haciendo lo mejor para la continuidad de la educación.