Las TIC forman parte integral de la educación superior el día de hoy. Derivado de su utilización, el aprendizaje es cada vez más interactivo y personalizado. De hecho, han dado paso no sólo a la educación a distancia e híbrida, sino a la creciente adopción de las aulas digitales.

Un aula digital es un entorno dinámico donde la interacción entre estudiantes, profesores y materiales didácticos se potencia con la tecnología. El aprendizaje puede ser sincrónico (presencial o a distancia) o asincrónico; además, mientras cumplan con los objetivos y plazos finales, los estudiantes pueden avanzar a su aire. Para controlar los cursos se recurre a un sistema de gestión del aprendizaje (Learning Management System, LMS).

Mediante el LMS, se facilitan los materiales y se da seguimiento al avance de cada alumno, con la posibilidad de brindarles retroalimentación basada en datos. Ahora bien, en las aulas digitales no sólo se usan computadoras. También se utilizan otros recursos tecnológicos, como videos, podcasts y otras herramientas interactivas, como las realidades virtual y aumentada. Igualmente, es posible realizar actividades interactivas, como cuestionarios y simulaciones en línea.

Transición planeada a las aulas digitales

aulas digitales

Las aulas digitales ofrecen algunas ventajas sobre los métodos tradicionales de enseñanza. Propician más participación de los estudiantes al tiempo que fortalecen su motivación. Además, para las universidades, su correcta utilización puede resultar en importantes ahorros de tiempo y dinero.

Dado que facilitan la impartición de cursos más adaptables a las exigencias de un entorno cambiante, las aulas digitales permiten preparar a los estudiantes con mejores fundamentos para ingresar al mercado laboral moderno, donde el dominio de la tecnología es un activo valioso. Cada vez más, las empresas de todas las industrias buscan candidatos versados con la tecnología y capacitados en diversas aplicaciones de software. Al integrar las TIC en el proceso de aprendizaje, las universidades proveen a los estudiantes con habilidades esenciales que les serán útiles mucho después de graduarse.

Sin embargo, la transición hacia el uso de aulas digitales debe planearse con cuidado. Para empezar, las universidades deben contar con presupuestos suficientes, además de elegir los dispositivos y aplicaciones más adecuadas. Por supuesto, los docentes deben recibir una buena capacitación continua para mantenerse actualizados con las tendencias de la educación digital.