Existe un amplio consenso en lo que es la transformación digital. Consiste en pasar de utilizar la tecnología sólo para mejorar los procesos existentes a situarla en el núcleo de las empresas —incluidas las universidades— y usarla como motor de nuevas y mejores formas de trabajar.
Los líderes también están de acuerdo que existe la necesidad de alinear la infraestructura de TIC de una organización con los requisitos de negocio como primer paso hacia la transformación digital. La mayoría opta por la computación en nube como la mejor forma de lograr este objetivo. Sin embargo, la nube tiene muchas formas. En los últimos años se han producido grandes cambios, no sólo en las tecnologías, sino también en el pensamiento sobre su uso para alcanzar mejor los objetivos de la transformación digital.
Uno de los mayores cambios es la creciente comprensión de que la transformación digital no puede tratarse como un proyecto aislado. Más bien hay que tratarla como un proceso continuo y permanente. Requiere un ajuste constante a medida que evolucionan las nuevas tecnologías y los servicios. Especialmente cuando se trata de la nube que, a su vez, sigue transformándose a un ritmo acelerado.
Al principio, por ejemplo, se distinguía claramente entre plataformas públicas y nubes privadas, en las que los clientes despliegan y gestionan su propia infraestructura. Las primeras se ofrecieron con la promesa de pasar de la financiación CAPEX (gastos de capital) a la OPEX (gastos operativos). También del acceso a una escalabilidad ilimitada bajo demanda. Las segundas atraían a los más reacios al riesgo, sobre todo las empresas de sectores muy regulados, que querían tener la propiedad y el control de todos los aspectos de sus TIC.
La mayoría prefiere una multinube híbrida
La falta de integración entre estas nubes llevó a muchas empresas a pensar que tenían que elegir una u otra —pública o privada. Eso ya no es así. Las diferencias entre nubes públicas y privadas se han difuminado. Ahora es posible no sólo mezclar ambas, sino desplegar múltiples nubes para satisfacer las necesidades de aplicaciones específicas. También, mover esas cargas de trabajo entre nubes con una facilidad cada vez mayor. Tanto es así que, en una reciente encuesta global, más de la mitad (57%) de las grandes empresas (más de 5,000 empleados) identificaron la multinube híbrida como su modelo preferido de TIC. Se prevé que esa cifra aumente hasta el 80% en los próximos tres años.
Independientemente del tamaño o el tipo de empresa, está claro que la mayoría prefieren un enfoque de multinube híbrida para la transformación digital. Sin embargo, eso no facilita las cosas. Entre otros motivos, porque la compatibilidad con el trabajo híbrido entre nubes sigue siendo una prioridad relativamente baja en lo que respecta a muchos proveedores de plataformas y servicios.
Sí, es posible migrar cargas de trabajo virtualizadas de una nube pública a una infraestructura privada y viceversa. Sin embargo, los procesos rara vez son sencillos y pueden ser difíciles de automatizar. Lo mismo ocurre cuando se trata de conectar aplicaciones a almacenamiento, redes y otros servicios compartidos que, a su vez, pueden estar en una variedad de nubes diferentes. O peor aún, encerrados en plataformas heredadas que son aún más difíciles de integrar.
Plataforma lista
También hay que tener en cuenta la gestión de todas esas plataformas, aplicaciones y servicios. Igualmente, la contratación de los especialistas necesarios para mantener una infraestructura multinube híbrida segura y siempre disponible.
Ahí es donde Nutanix puede ayudar, con una plataforma de nube que es híbrida por diseño. Por ello, se puede implementar en cualquier lugar. Lo mismo en las instalaciones, en centros de datos de coubicación o nubes públicas, con total interoperabilidad entre esas implementaciones.
Además, la plataforma en la nube permite a las empresas migrar cargas de trabajo entre nubes sin necesidad de volver a codificar. También proporciona una visibilidad total y una gestión centralizada de todos los aspectos de la infraestructura híbrida en su conjunto.
Igualmente proporciona herramientas de automatización y gestión de seguridad preparadas para híbridos. Éstas son capaces de funcionar en múltiples plataformas en la multinube híbrida. Del mismo modo, cuando se trata de integración y gestión de bases de datos, la solución DBaaS (Database-as-a-Service) es capaz de trabajar con todas las plataformas de bases de datos líderes. De nuevo, es posible a través de una amplia gama de plataformas en la nube. Además, para las empresas que buscan desarrollar aplicaciones modernas nativas en la nube, tiene soporte para una amplia gama de plataformas de contenedores Kubernetes. Asimismo, servicios de datos integrados y herramientas para permitir a los desarrolladores proporcionar Infraestructura como Código (IaC).