Actualmente, conforme se recurre cada vez más a los servicios en la nube, se ha vuelto dominante la arquitectura serverless o sin servidores. Esto no significa que éstos no existan, sino que las cargas de trabajo se ejecutan en servidores en la nube, gestionados por proveedores externos.

Hasta hace algunos años, los servidores físicos on premise albergaban toda la información. Ya no es así y la arquitectura serverless continuará creciendo. De acuerdo con un estudio reciente elaborado por Mordor Intelligence, su adopción crecerá a una tasa anual de 23.15% hasta 2026. Esto implica que su mercado se triplicará en los próximos años. Y las universidades forman parte de dicho mercado.

De hecho, empresas especializadas en optimizar servicios en la nube, como Nubity (Advanced Consulting Partner de AWS), reportan que la mayoría de sus nuevos desarrollos tienen arquitectura serverless y prevén que la tendencia se fortalecerá a futuro.

Ventajas de la arquitectura serverless

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Ilustración: cortesía de Nubity.

Antes de la nube, el diseño de software era “monolítico”. Los programas entonces solían tener una aplicación principal de gran tamaño, la cual contenía toda la lógica de dominio. Para hacer cualquier cambio, así fuera mínimo, era necesario reescribir líneas y líneas de código. Además, el impacto de las modificaciones no se conocía a fondo hasta que el sistema volvía a estar en producción.

En cambio, con la arquitectura serverless, las aplicaciones nativas de la nube se descomponen en un conjunto de microservicios aislados. Cada uno es autocontenido y encapsula su código, datos y dependencias propios. «Dentro de este nuevo paradigma, todos los nuevos desarrollos ocurren dentro del entorno de la nube», explica Javier Spagnoletti, Enterprise Solution Architect de Nubity.

«El cómputo en la nube es algo efímero, que sólo opera a demanda, no permanece funcionando todo el tiempo. La principal ventaja de la arquitectura serverless no consiste en sus beneficios directos, como escalabilidad y automatización, sino en el cambio de mentalidad. Es un proceso que agiliza el negocio, hace más eficientes los procesos y ayuda a desarrollar software más rápido y mejor. Para ello usa herramientas más completas y sofisticadas», abunda Spagnoletti.

Modernizar las aplicaciones

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Ilustración: iStock.

El universo de adopción de servicios en la nube es amplio. Hay empresas nativas digitales, pero también otras, de mayor antigüedad o bien, negocios que emprendieron más tarde su tecnologización. Éstas suelen tener numerosos sistemas legados o “heredados”, los cuales es necesario integrar a un entorno en la nube con arquitectura serverless. Ahora bien, el primer paso para lograrlo es diseñar una estrategia para la modernización de aplicaciones. Es decir, básicamente se deben determinar los pasos de la transición del modelo on premise hacia una nube con arquitectura serverless. Se debe tomar en cuenta que este modelo es rico en microservicios y contenedores como los Kubernetes, por ejemplo.

De acuerdo con un estudio de Frost & Sullivan, ocho de cada 10 empresas en Latinoamérica ya están moviendo aplicaciones a la nube. Las organizaciones —entre ellas, por supuesto, universidades— no dudan acerca de la importancia de aprovecharla al máximo. La cuestión está en el cómo, y es un camino que cada organización transita de una manera única. En cuanto a los nuevos desarrollos y actualizaciones, el enfoque nativo de la nube permite que las empresas sean versátiles en un entorno cada vez más competitivo y acelerado.