El cambio impulsado por el uso de las TIC en las universidades se vio muy acelerado a causa de la pandemia de COVID-19. Muchas de las tecnologías que permitieron establacer a gran escala la enseñanza durante el año pasado se verán incorporadas de manera permanente a la práctica educativa. Muy probablemente conducirán a un aprendizaje cada vez más personalizado según las necesidades particulares de cada alumno. Esto se debe a que tanto los estudiantes como los profesores y trabajadores universitarios han descubierto que pueden trabajar de manera remota con buenos resultados.
De hecho, se estima que el mercado de salones virtuales, recursos en la nube para la enseñanza en línea, así como nuevos productos de hardware y software crecerá hasta alcanzar hacia 2025 un valor global de 350,000 millones de dólares. Ahora bien, emplear las TIC en las universidades no significa sólo poner las clases en línea. La experiencia ha demostrado que si los profesores se limitan a dictar clases por videoconferencias, sin emplear otros recursos pedagógicos, los estudiantes se desinteresan en poco tiempo. Además, eso pone a aquellos alumnos con menor acceso a la tecnología y que dependen principalmente de su asistencia a los campus para aprovechar la enseñanza. Un reporte presentado por la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU) encontró que alrededor del 60% de los profesores vio un descenso en la participación de sus alumnos, pues les cuesta trabajo mantenerse concentrados. Además, el 70% de los docentes expresaron preocupación sobre su capacidad para impartir clases en línea efectivas.
Entre los efectos negativos —además de la brecha generada por las diferencias en accesibilidad a la tecnología— se cuentan el estrés y la fatiga de mirar una pantalla durante horas cómo principal medio de interacción con profesores y compañeros.
Puntos positivos de las TIC en las universidades
Sin embargo, también existen aspectos positivos. Uno de ellos es que la mayoría de los profesores se esforzó por aprender a usar la tecnología y tuvo algún éxito al adaptar sus materiales de enseñanza a la modalidad a distancia. En esa misma línea, se hallaron maneras de realizar de manera remota actividades que antes sólo se realizaban en los campus.
También se agilizó la toma de decisiones en muchas universidades en lo referido a la transformación digital del negocio, lo cual puede abrir nuevas oportunidades para las instituciones. Por ejemplo, la enseñanza en línea permite atender a estudiantes de otras ciudades o inclusive otros países de una manera eficiente y accesible. Por otra parte, el operar de manera virtual puede facilitar la contratación de profesores y personal administrativo que de otra manera no estaría disponible.
Otro punto positivo del mayor uso de las TIC en las universidades es que afianzó la confianza en las herramientas digitales para optimizar el trabajo y resolver problemas, al mismo tiempo que se cobró mayor conciencia de las inversiones requeridas para asegurar una infraestructura digital sólida para las instituciones.
Ahora bien, la enseñanza en línea, si bien tiene grandes ventajas y aplicaciones, no podrá sustituir completamente a las clases presenciales que tanto enriquece la experiencia de estudiar en una universidad. Lo que si queda claro es la confirmación de que las clases remotas pueden ser un excelente complemento para la educación presencial.
Clases flexibles
Un modelo especialmente atractivo es de las clases híbridas flexibles (o HyFlex, como se les ha llamado en inglés), que ofrece tanto a profesores como a estudiantes la posibilidad de alternar entre clases virtuales y presenciales a lo largo del curso. Combinado con los recursos que pueden brindar tecnologías como las realidades aumentada y virtual, así como herramientas provistas con inteligencia artificial, esta manera de enseñanza abre nuevas posibilidades al uso de las TIC en las universidades.
La adecuada preparación de profesionales para desarrollarse en un entorno laboral cada vez más digitalizado es otra manera en que inciden las TIC en las universidades. Muestra de ello es la asociación recién presentada entre la Universidad Anáhuac y Holberton, una firma enfocada en hacer accesible globalmente la educación en ingeniería y desarrollo de software.
En conjunto, ambas instituciones ofrecerán el curso denominado DevOps Foundations: Software Development Optimization, disponible en la plataforma edX. Consiste en la enseñanza de herramientas como Linux, Jenkins, Puppet, Ansible, Terraform y otras, para desarrollar y lanzar software empresarial de buena calidad y confiabilidad.