La biometría es uno de los siguientes pasos en el cuidado de la salud. Esta tecnología es cada vez más común en la vida diaria. Un ejemplo lo constituyen los checadores digitales utilizados por numerosas empresas. Otro, en el bolsillo de millones de personas, es el teléfono celular. Muchos teléfonos ya vienen habilitados para desbloquearse con la huella digital. O bien, con una imagen del rostro del propietario. O con una imagen de su iris. Por supuesto, el campo de la salud no es ajeno a esta tendencia.
La biometría puede encuadrarse en el campo de la inteligencia artificial. Diversos estudios apuntan a que el uso de esta tecnología en el cuidado de la salud se incrementará en los próximos años. De hecho, hacia 2025 su mercado a nivel global podría alcanzar valores estimados en un rango de 3,500 millones a 13,900 millones de dólares. Su uso se concentrará en Norteamérica, Europa occidental y Asia.
La principal aplicación de la biometría en el cuidado de la salud es la identificación de pacientes y personal médico. Regularmente, suele usarse en combinación con otras medidas de seguridad, como contraseñas y tarjetas inteligentes. Además de las imágenes, puede adicionarse el reconocimiento de voz. De esa manera, se controla el acceso a información delicada, como los ECE. Conforme se refinen los programas y dispositivos, se espera que la biometría también se utilice con mayor frecuencia para asegurar la privacidad de los datos de los pacientes.
Biometría para el cuidado de la salud en hospitales
La posibilidad de identificar a cada paciente de manera inequívoca a partir de sus rasgos biométricos abre posibilidades interesantes para mejorar la calidad del servicio médico. A partir de una fotografía (selfie) se podría tener acceso casi inmediato a la información clínica de una persona. Esto resulta de especial importancia en situaciones de vida o muerte. Por ejemplo, si alguien es trasladado en una ambulancia por una emergencia, dicho acceso facilitaría el trabajo de los paramédicos. Lo mismo ocurriría con los médicos de urgencias.
Con esta rama de la IA se añade certeza al tratamiento dentro de los hospitales. Un paciente puede estar inconsciente. Aunque se le haya identificado previamente, puede perder el gafete o brazalete que indique al personal hospitalario de quién se trata. Si se tiene un registro biométrico, el personal puede establecer su identidad de manera segura y oportuna.
Eficacia con pacientes pediátricos
Los algoritmos utilizados en esta rama de la inteligencia artificial son capaces de tomar en cuenta las variaciones en la apariencia de una persona. Así se descartan errores debidos a factores como la presencia o ausencia de vello facial o un peinado diferente. También pueden compensar variaciones en la iluminación o encuadres distintos.
Un equipo de investigadores de Corea del Sur realizó un estudio con pacientes pediátricos que confirmó la efectividad de este método de identificación. Validos de una aplicación de reconocimiento facial para dispositivos móviles, registraron los datos de 62 pacientes de cirugía plástica (30 de ellos hospitalizados: el resto, externos). Agruparon la información en cinco apartados: registro, ECE, revisiones médicas, medicamentos prescritos y citas. Subsecuentemente, utilizaron la información para dar seguimiento a su atención.
Se encontraron con que la app tuvo una precisión del 99% al identificar a los pacientes. La eficacia de la aplicación no varió ni siquiera con los pacientes que salieron anestesiados del quirófano.
Otra posibilidad que ofrece la biometría médica es controlar el suministro remoto de medicamentos pacientes ancianos. Recientemente, una compañía canadiense dedicada a la fabricación de dispensadores caseros incorporó lectores de huella digital y reconocimiento facial a sus dispositivos. Con ello se asegura de que los medicamentos sean entregados en las dosis y horarios especificados, pues el aparato lo notifica a familiares o doctores por vía celular o WiFi.
Prevención de fraudes
El reconocimiento facial en tiempo real habilitado en clínicas y hospitales puede ayudar a la detección oportuna del agotamiento y burnout en el personal médico, incluso antes de que éste se percate del problema.
Esta variante también ofrece la posibilidad de automatizar la dosificación de analgésicos en pacientes hospitalizados que por alguna razón no pueden operar las bombas dispensadoras. A partir del análisis de sus gestos es factible determinar su nivel de dolor. De esta forma, se suministra la cantidad necesaria de medicamento. Esto último conlleva la ventaja de que contribuye a prevenir el desarrollo de adicciones a opiáceos.
Otro posible campo de la biometría en el cuidado de la salud es prevenir los fraudes contra las aseguradoras y los servicios públicos de salud. De hecho, el gobierno de India anunció recientemente que implementará la identificación biométrica para admitir y dar de alta a los pacientes de su seguro de salud, con más de 500 millones de usuarios. De esta manera, se propone evitar abusos consistentes en el registro de pacientes ficticios y que han derivado en pérdidas millonarias y sanciones a más de 100 hospitales que recibían del gobierno dinero por atención no dispensada.