La adopción de la computación en nube en los servicios de salud crece sin parar. Un informe de BCC Research calcula que en 2022 el mercado mundial de los servicios en nube para el sector salud crecerá a 35,000 millones de dólares. Por otra parte, una proyección elaborada por Markets and Markets estima que hacia 2023 alcanzará 44,930 millones de dólares.

Una encuesta realizada en 2017 por HIMSS y E-Health Reporter reveló que México es uno de los países latinoamericanos más abiertos a la idea de poner en la nube los servicios de salud.

Como toda tecnología, ofrece ventajas y desventajas. La elección de la mejor opción puede ser compleja, sobre todo por la enorme flexibilidad que ofrece la nube a los servicios de salud. Esto viene de las diferentes clases de nubes: privada (el hardware y el software están dedicados sólo a la empresa), pública (los recursos son compartidos por múltiples usuarios), mixta o comunitaria.

A ello se suma la variedad de servicios. Son cada vez más numerosos, pero los principales son 3:

● Infraestructura como servicio (IaaS): el proveedor suministra todo el hardware (servidores, discos, redes, etc.) y el software que utilizará el cliente. El responsable de la seguridad y el mantenimiento es el proveedor. Se puede aumentar o disminuir el monto de los recursos contratados, a discreción del cliente.

● Plataforma como servicio (PaaS): el cliente contrata una plataforma preconfigurada con herramientas para desarrollar el software que utilizará. El proveedor se encarga de la administración de los recursos suministrados.

Software como servicio (SaaS): el cliente recibe todos los programas completamente configurados y listos para usarse. No tiene que ocuparse de ninguna tarea de administración, a cargo del proveedor.

Algunas preguntas útiles

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Para seleccionar al mejor proveedor, conviene plantearse las siguientes preguntas:

1) ¿Sus técnicos se mantienen actualizados?

2) ¿Tienen personal suficiente para suplir a los técnicos que se ausentan por cualquier causa?

3) ¿Qué tan rápido actúan los técnicos para resolver los problemas?

4) ¿Tienen planes robustos para la recuperación de desastres?

4) ¿Ofrecen planes para optimizar la transición a la nube y minimizar los problemas?

6) ¿Dónde estarán almacenados los datos de la institución?

7) ¿Responden las dudas con claridad, sin enredarse en tecnicismos?

8) ¿Entregan completa y en orden la documentación?

9) ¿Especifican el inventario del hardware y el software contratados, las licencias, contraseñas y otra información crítica?

10) ¿Sus seguros tienen las coberturas suficientes y adecuadas para proteger a sus clientes?