Entre las principales ventajas de la interoperabilidad dentro del ecosistema de TIC en la atención sanitaria se cuenta aprovechar el potencial de los datos. Al permitir que todos los involucrados puedan acceder a la información necesaria facilita la toma de decisiones médicas informadas.

De acuerdo con la definición de la organización global HIMSS (Healthcare Information and Management Systems Society), la interoperabilidad consiste en que los sistemas de información, dispositivos y aplicaciones puedan acceder, intercambiar, integrar y utilizar de forma cooperativa los datos de manera coordinada.

La organización añade que las ventajas de la interoperabilidad van más allá de los límites de cada organización sanitaria. Al ampliarse a escala regional e, incluso, nacional, la interoperabilidad deviene en los hechos en la portabilidad de la información sanitaria. Es decir, la interoperabilidad permite integrar datos antes aislados en silos y brindar una atención más eficiente.

Un elemento clave para lograrlo es el expediente clínico electrónico (ECE). Cuando de cada paciente se almacena de tal manera que los profesionales autorizados puedan acceder a su información sin importar en dónde se encuentre el paciente, quedan claras las ventajas de la interoperabilidad.

Lo anterior minimiza la posibilidad de errores, como problemas por interacción medicamentosa. Conocer las alergias, los medicamentos y los diagnósticos previos ayuda definitivamente a prevenir los errores clínicos.

Pacientes ante las ventajas de la interoperabilidad

Otra de las ventajas de la interoperabilidad consiste en aminorar los retrasos en los diagnósticos. Cuando los médicos pueden acceder a los datos generados por otros proveedores —por ejemplo, resultados de pruebas de laboratorio o imagenología—, se facilita diagnosticar y tratar a los pacientes de manera oportuna.

Las ventajas de la interoperabilidad para la experiencia del paciente también son significativos. Cuando los proveedores tienen acceso al ECE, los pacientes no tienen que proporcionar su historial médico a cada especialista que los atiende. Esto no sólo ahorra: también reduce los errores u omisiones, pues permite revisar detalladamente la información médica sin riesgo de olvidos.

Por otra parte, una más de las ventajas de la interoperabilidad consiste en evitar la duplicación de pruebas. Por ejemplo, si las imágenes clínicas de un paciente son accesibles desde el ECE, un nuevo médico o especialista puede aprovecharlos sin solicitar pruebas adicionales. Eso no sólo alivia el impacto en el bolsillo de los pacientes: igualmente aminora los riesgos asociados con procedimientos innecesarios.

Dicha accesibilidad se vuelve especialmente relevante en la atención de emergencia. Que los médicos puedan revisar sin retraso la información crítica del paciente mejora las posibilidades de que brinden una atención adecuada.

Adicionalmente, otra de las ventajas de la interoperabilidad consiste en que fomenta un mayor involucramiento de los pacientes en sus tratamientos de salud. Al poder acceder en tiempo real a su propia información mediante aplicaciones de TIC, pueden estar más al pendiente de su evolución y resultados. Es decir, la interoperabilidad favorece una atención más coordinada, eficiente y segura, centrada en el paciente.