Hace dos años muchos anunciaban la muerte de la escritura universitaria. Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial en la educación tiene posibilidades inesperadas según expertos del sector. En 2024 el debate sobre la IA generativa (GenAI) en el aula se centró principalmente en la autoría, la originalidad y la autenticidad de los textos producidos con su apoyo. Al finalizar el año, todavía hay muchas preguntas en cuanto a la integración de la IA en la educación. Destacan aquellas sobre la prevalencia de la escritura humana a través del tiempo y cómo la comunidad educativa debe prepararse y planificar el futuro.

Turnitin, Edtech enfocada en garantizar la integridad académica, identifica cinco tendencias durante 2025 con respecto al uso de la inteligencia artificial en la educación.

El ensayo y la escritura universitaria no morirán. Según María Belén Correa, directora de Turnitin para Latinoamérica, ChatGPT y otras herramientas de escritura con IA enfatizarán el valor de la escritura humana. Esto es, la harán más importante y más accesible para todos. «Muchos se han preguntado si el futuro de la escritura estará dominado por la IA o por las contribuciones humanas. Sin embargo, el ensayo universitario y la escritura en general seguirán muy vivos en 2025», asegura.

«La última encuesta realizada por Tyton Partners señala que los estudiantes seguirán aprovechando las herramientas de escritura con IA. Casi la mitad de los alumnos consultados seguirán utilizando la GenAI, incluso si sus instituciones o profesores lo prohíben; esto es un aumento de 21% desde la primavera de 2023», agrega Correa. «Ahora se les pedirá que pasen de la demanda, al mando. Es decir, les toca adueñarse del proceso de creación de contenido de principio a fin y aprovechar la tecnología. El objetivo es utilizarla para editar, mejorar o ampliar el pensamiento original».

Nuevas habilidades

La escritura humana y la escritura con inteligencia artificial en la educación se complementarán. Las herramientas de IA han forzado, quizá involuntariamente, una evolución del pensamiento y una expansión de los principios de ideación. Incluso abrió nuevas áreas de estudio, como la ingeniería rápida. La capacidad de generar lo que se necesita con mayor velocidad y eficacia a través de indicaciones creativas e iterativas es una nueva habilidad que requiere y apoya el pensamiento crítico. No hay una respuesta sencilla a la pregunta de si primará la inteligencia artificial sobre la escritura humana o no. Empero, ambas pueden utilizarse juntas para lograr el mejor resultado posible, complementándose mutuamente para potenciar la creatividad y agilizar los procesos.

La escritura seguirá siendo una habilidad crítica. La escritura es una habilidad fundamental en casi todas las áreas de estudio y en los entornos de aprendizaje, trabajo, colaboración y convivencia. De hecho, el lenguaje natural es la forma más poderosa de interactuar con las computadoras y de darles órdenes. «La capacidad de trabajar con la inteligencia artificial en la educación para transmitir información importante y conceptos complejos con claridad será una habilidad importante. Incluso, podría ser la más importante. Es posible que veamos un futuro en el que la escritura y las humanidades potenciadas con IA sean la habilidad técnica más solicitada».

Sin embargo, permanecerán los principios originales del aprendizaje. Con ellos, perdurará la necesidad de que el trabajo escrito, ya sea realizado por IA o por humanos, ilustre la comprensión, la inspiración, la alineación, la negociación y la colaboración. «Aunque la IA se integre de forma más generalizada, la escritura sigue siendo la mejor forma de evaluar las competencias y la representación más tangible del aprendizaje y la comprensión de los estudiantes», asevera Correa.

Cerrar brechas

La accesibilidad y la equidad de la IA estarán en el centro del debate, especialmente en educación. Desde el principio existen dos líneas de pensamiento en torno al valor de la IA generativa para los sistemas educativos. Por un lado, algunos ven las capacidades de la inteligencia artificial en la educación, como la reactividad, la traducción en tiempo real y la respuesta por voz, como soluciones para la equidad. Puede eliminar barreras lingüísticas y culturales; recrear experiencias —desde viajes hasta muestras de arte—, y realizar tareas sencillas para mejorar la gramática y aumentar la fluidez. Eso podría nivelar el terreno de juego en contextos de aprendizaje desiguales.

Por otro lado, otros perciben el riesgo de ampliar las brechas tecnológicas y de aprendizaje. Sería, piensan, conforme los principales proveedores de GenAI modifiquen el estatus de sus empresas con o sin ánimo de lucro y abran un segmento de usuarios premium de pago.

El uso y el objetivo de las herramientas con GenAI y detección de escritura con IA evolucionarán. Las herramientas de GenAI y de detección de escritura con IA evolucionarán, añadirán funciones y capacidades avanzadas para adaptarse a la flexibilidad de rastreo. Pero «tal vez lo más importante será que los usuarios finales alcanzarán mayores niveles de familiaridad y madurez con la funcionalidad de la IA. Eso se traducirá en un cambio en la forma de aprovecharla», señala Correa.

Cómo cambiará el uso de la inteligencia artificial en la educación

Los usuarios experimentados adoptarán un enfoque de libro, centrándose primero en la fase inicial de ideación, organización y expansión de las ideas originales. A continuación, abordarán la fase final de mejora y perfeccionamiento de las ideas y la escritura. Combinar GenAI con agentes personalizados de inteligencia artificial en la educación ayudará a superar algunas de las limitaciones actuales. Podrá introducir capacidades de análisis y adaptación de múltiples fuentes en el proceso de escritura.

El uso de herramientas de detección también cambiará y mejorará. Se centrará en preservar el proceso de enseñanza y aprendizaje y en aumentar el compromiso entre educadores y estudiantes.

En las primeras etapas, las herramientas de detección y los reportes de indicadores ayudarán a abordar las brechas de conocimiento y las áreas que carecen de pensamiento o fundamento original. En etapas posteriores, la detección ofrecerá oportunidades adicionales para reforzar el diálogo entre educadores y estudiantes. Esto proporcionará transparencia y visibilidad que reducirán el riesgo de los estudiantes y aumentarán su compromiso.

«En general, predecimos que 2025 será el año en que la inteligencia artificial en la educación dé un impulso muy necesario al valor de la escritura humana tradicional», concluye Correa.