Muchas industrias, entre ellas el sector salud, apenas comienzan a actualizar sus redes a los protocolos Wi-Fi 6 o Wi-Fi 6E. Sin embargo, el sucesor de dichos estándares estará disponible este mismo año. Se trata de la Wi-Fi 7, que podrá conectar más dispositivos a mayor velocidad y con menor latencia. Tal como ocurrió antes, se prefiguran interesantes aplicaciones de la Wi-Fi 7 en el sector salud, tanto para los pacientes como para las organizaciones.
Entre otras cosas, el uso de la Wi-Fi 7 en el sector salud robustecerá el ecosistema de la Internet de las Cosas Médicas (IoMT). Para ello, sin embargo, aún deben delinearse con precisión los criterios para implementar el nuevo protocolo en las instituciones sanitarias. El propósito es, por supuesto, poner en primer lugar la disponibilidad de recursos orientados al beneficio de los pacientes.
Características innovadoras
Presentado formalmente en enero pasado por la Wi-Fi Alliance, el protocolo está estimado como de rendimiento extremadamente alto (Extremely High Throughput, EHT). De acuerdo con la nomenclatura del Institute of Electrical and Electronics Engineers, su denominación es IEEE 802.11be.
Las características de la Wi-Fi 7 se basan en las funciones existentes de su antecesor inmediato. A ellas añade dos características clave: el funcionamiento multienlace (Multi-Link Operation, MLO) y la transmisión “perforada” (Punctured Transmission), también conocida como “punción del preámbulo” (Preamble Puncturing).
●Funcionamiento multienlace. Permite combinar varias frecuencias en bandas distintas para una sola conexión. Eso permite que los dispositivos seleccionen los mejores canales claros para la transmisión de datos.
Los estándares Wi-Fi anteriores permiten que los dispositivos se conecten entre sí en una sola banda en un canal fijo. Ahora bien, aunque Wi-Fi 6E monitorea tres bandas, (2.4 GHz, 5 GHz o 6 GHz), el enrutador asigna sólo un canal en una de ellas para conectar cada dispositivo. En cambio, con Wi-Fi 7 es posible utilizar simultáneamente dos o más canales en diferentes bandas. En otras palabras, esta funcionalidad “crea” canales más amplios, capaces de transmitir más datos.
●Transmisión perforada. Consiste en ignorar una porción de un canal si hay alguna interferencia (está “perforada”) y conservar el espectro restante. La interferencia puede consistir en que otros dispositivos estén utilizando esa porción del espectro. Así, Wi-Fi 7 permite el uso de canales de 320 MHz (el doble que Wi-Fi 6) sin que las interferencias degraden el rendimiento.
Para aprovechar la Wi-Fi 7 en el sector salud
Por otra parte, al tener mayor amplitud, cada canal puede transportar más datos simultáneamente (hasta 20%), lo que permite velocidades de Internet más rápidas, menor latencia y mayor rendimiento. En consecuencia, se experimentan menos problemas con las transmisiones más demandantes de recursos, como los videos y toda la imagenología médica.
El nuevo estándar también proporciona nuevas funciones de seguridad, incluida la implementación obligatoria de cifrado WPA3 en el espectro de 6 GHz.
Las redes inalámbricas de las organizaciones sanitarias están sujetas a exigencias enormes. No sólo deben atender a numerosos usuarios, tanto administrativos como médicos. También deben ocuparse de la Internet de las Cosas Médicas (IoMT), que no hará si no crecer en los próximos años. De ahí que conviene aprovechar las ventajas del uso de la Wi-Fi 7 en el sector salud para atender esa demanda.
Como ha ocurrido con los estándares anteriores, Wi-Fi 7 será compatible con los dispositivos más antiguos. Sin embargo, para utilizar la Wi-Fi 7 en el sector salud, será indispensable actualizarlos.
Esto significa que las organizaciones deberán comprar nuevos enrutadores y puntos de acceso. Por su parte, los usuarios finales requerirán nuevos teléfonos inteligentes, tabletas y laptops. Por ello, aunque Wi-Fi 7 ofrece ventajas sustanciales, se estima que su tasa de adopción será más lenta en comparación con la llegada de Wi-Fi 6E.