El uso de los robots conversacionales en las universidades tiene beneficios tangibles en campos que van desde facilitar el proceso de inscripción hasta el de brindar información sobre actividades y trámites académicos. Los más potentes son aquellos chatbots con inteligencia artificial.
Los robots más sencillos son útiles para automatizar tareas simples, como transmitir mensajes, y canalizar las peticiones de información hacia las personas correctas para atenderlas. Empero, suelen tener limitaciones, pues están diseñados para encauzar la comunicación con botones o respuestas verbales muy breves. Siguen un flujo preestablecido que no puede ser modificado por los usuarios.
Por otra parte, los chatbots con inteligencia artificial pueden atender tareas más complejas, pues son capaces de interpretar el lenguaje natural, lo cual les permite comprender mejor las necesidades de los usuarios. Entre otras soluciones de este tipo, en el mercado se encuentran Google Dialogflow e IBM Watson Assistant; lo malo es que son complicadas de configurar, pues requieren conocimientos técnicos y un proceso más o menos largo de entrenamiento para ser efectivos.
Con esto en mente, la firma Juji —capitaneada por Michelle Zhou, una ex investigadora de IBM Watson—, presentó recientemente un chatbot equipado con inteligencia artificial y dirigido específicamente a las instituciones de educación superior.
Ventajas de los chatbots con inteligencia artificial
De acuerdo con sus creadores, su asistente puede escuchar a los usuarios y discernir automáticamente sus necesidades, intereses y personalidades, lo cual le permite responder con empatía y brindar un mejor soporte. Su flexibilidad se funda en décadas de investigación lingüística y de inteligencia artificial.
Una de las ventajas de Juji con respecto a otros chatbots con inteligencia artificial es que bastan dos semanas para tenerla funcionando por completo. Esto se debe a que ha sido entrenado previamente con millones de datos adecuados para responder a los escenarios más comunes en la educación superior. También puede aprender sobre la marcha: un panel interactivo permite al personal universitario ver e intervenir en las conversaciones según sea necesario. Las respuestas dadas por los operadores humanos son asimiladas de inmediato por la plataforma del chatbot, sin necesidad de entrenamiento adicional.
Dicha plataforma ofrece tres vías para personalizarla y ponerla en funcionamiento. La más sencilla es una interfaz gráfica de usuario (GUI) dirigida a cualquier usuario, incluidos aquellos que no tienen experiencia en codificación. La intermedia permite que aquellos con conocimientos básicos de programación (como escribir HTML) personalizar el chatbot. La más avanzada es una API que facilita al personal de TIC integrar el robot conversacional con otras aplicaciones, ya sean móviles o basadas en la web.