Siempre ha existido la práctica de presentar como propios trabajos hechos por terceros, conocida como compraventa de trabajos o contract cheating. Ahora, debido al progreso de las aplicaciones de inteligencia artificial (IA) las universidades enfrentan el reto de detectar los textos redactados por una IA. Sin embargo, gracias a herramientas de TIC como las que ofrece Turnitin, profesores e instituciones tendrán mayor facilidad para combatirla.

Frenar la compraventa de ensayos universitarios se complicó con el advenimiento de soluciones como ChatGPT y GPT-4; se debe a que son capaces de producir trabajos indistinguibles primera vista de los escritos por un humano. De hecho, bastan unas cuantas instrucciones sencillas para que la inteligencia artificial entregue, en segundos, ensayos de varios párrafos de longitud. Lo que dificulta determinar que se trata de textos redactados por una IA es que son escritos coherentes y bien organizados. Más aún: las IA nunca producen dos textos idénticos.

Esto, por supuesto, plantea dilemas pedagógicos. Si bien puede verse como algo válido la asistencia de una IA en la investigación para hacer tareas y trabajos, no lo es cuando se le utiliza para elaborar por completo ensayos que luego son presentados como propios por estudiantes tramposos.

Precisión al señalar textos redactados por una IA

textos redactados por una IA

En un esfuerzo contra las prácticas deshonestas, Turnitin trabaja en una nueva herramienta capaz de detectar textos redactados por una IA. Aunque aún se encuentra en desarrollo, la tecnología muestra avances prometedores. Se puede consultar en YouTube un video breve en que David Adamson, especialista en inteligencia artificial y antiguo maestro de secundaria, muestra las capacidades de la solución.

Una de las características más interesantes de la solución es su habilidad para distinguir dentro un ensayo cuáles partes las escribió un humano y cuáles la inteligencia artificial. Además, puede señalar aquellas oraciones modificadas para buscar una transición entre los textos redactados por una IA y la escritura humana.

De acuerdo con Turnitin, su herramienta puede detectar los textos redactados por una IA en el 97% de los casos. Su tasa de falsos positivos es menor al uno por ciento. La empresa planea incluirla próximamente dentro sus productos existentes. Mientras tanto, puso a disposición de sus usuarios una página con recursos de escritura con IA dirigida específicamente a educadores. En ella se publican actualizaciones periódicas sobre los progresos de la nueva solución.