Algunos dispositivos wearables han mostrado ser útiles para detección temprana de COVID-19. Tal es el caso de los monitores Fitbit. De acuerdo con un estudio realizado por la compañía y comentado en un artículo escrito por uno los investigadores participantes, Conor Heneghan, director de investigación y algoritmos de la firma, sus dispositivos pueden identificar algunos signos de la enfermedad en sus primeras etapas.
Anunciado en mayo pasado, el estudio se basó en el seguimiento de más de 100,000 usuarios registrados en Estados Unidos y Canadá. Entre ellos se reportaron más de 1,000 casos positivos, de los cuales casi el 50% fueron detectados por el algoritmo del monitor un día antes del inicio de los síntomas, con un 70% de especificidad.
Los signos monitoreados por los dispositivos con miras a lograr la detección temprana de COVID-19 fueron la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardíaca en reposo y la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC). Las lecturas más útiles, señala el estudio, se lograron por las noches, cuando los usuarios ya no estaban activos físicamente.
Los investigadores hallaron que, entre los enfermos, la variabilidad del ritmo cardiaco en actividad tiende a disminuir. Por otra parte, las frecuencias respiratoria y cardíaca en reposo suelen elevarse. En algunos casos, los cambios en dichas métricas son mesurables casi una semana antes de que los participantes informaran de síntomas.
Hallazgos interesantes
Otros hallazgos del estudio incluyen:
●En promedio, la variabilidad de la frecuencia cardíaca alcanzó su punto más bajo un día después de que los participantes reportaron tener síntomas.
●La frecuencia cardíaca en reposo tiende a normalizarse de cinco a siete días después de iniciados los síntomas.
●La frecuencia respiratoria suele alcanzar su punto máximo al segundo día del inicio de los síntomas, aunque un ligero aumento en el ritmo respiratorio puede persistir hasta por tres semanas.
Los datos arrojados por el estudio coinciden con lo que las autoridades sanitarias han señalado desde hace varios meses: tener más de 60 años, ser hombre o padecer sobrepeso u obesidad incrementan la posibilidad de la infección sea grave.
Por otra parte, el estudio de Fitbit también arrojó que los enfermos con dificultad para respirar, pérdida de apetito y vómito tienen más probabilidades de requerir hospitalización. En contraste, aquellos que sólo presentan dolor de garganta y estómago tienden a no necesitar atención hospitalaria.
TIC en la detección temprana de COVID-19
Los síntomas más comunes entre las personas afectadas, de acuerdo con la investigación, fueron la fatiga (en 72% de los casos), dolor de cabeza (65%), dolor de cuerpo (63%), pérdida de gusto y olfato (60%) y tos (59%). Solamente el 55% de los enfermos tuvieron fiebre, algo importante de señalar pues ésta suele tomarse como un indicador seguro de que alguien está infectado.
Otros datos interesantes muestran que en los casos leves de COVID-19 la recuperación toma alrededor de ocho días. Los casos moderados (aquellos en que los pacientes no necesitaron ser hospitalizados pero sí la ayuda de terceros) toman en promedio 15 días en resolverse. En cambio, en las infecciones severas, la enfermedad duró 24 días en promedio, pero en algunos pacientes se prolongó más de dos meses.
El estudio aún está en proceso de revisión por especialistas, con miras a ser publicado en una revista médica arbitrada. Sin embargo, parece mostrar sin lugar a dudas la utilidad de los wearables para lograr la detección temprana de COVID-19 y contribuir a frenar la ola de contagios. Ello se suma a otras aplicaciones de las TIC para combatir la pandemia y atender a los enfermos, como el rastreo de contactos, el uso de la ecografía portátil y la inteligencia artificial para potenciar la imagenología, y la utilización de algoritmos de machine learning para diagnosticar pacientes.