La interoperabilidad en el sector salud es un tema candente dentro de las tecnologías de información. ¿En qué consiste? De acuerdo con la HIMSS, interoperabilidad es la habilidad de diferentes sistemas de información, dispositivos o aplicaciones de conectarse de manera coordinada tanto dentro como a través de los límites organizacionales para acceder, intercambiar y usar en cooperación los datos entre las partes interesadas, con el objetivo de optimizar la salud de los individuos y las poblaciones.

La organización reconoce cuatro tipos de interoperabilidad:

Fundamental establece los requerimientos de interconectividad necesarios para que los sistemas, aplicaciones o dispositivos puedan compartir datos.

Interoperabilidad: beneficios para el sector salud

Estructural define la estructura o el formato de intercambio de datos para que el significado de los mismos se mantenga sin cambios. Por ejemplo, los estándares de formato de mensajes.

Semántica es la habilidad de dos o más sistemas de intercambiar, interpretar y usar la información. Soporta el intercambio electrónico de datos e información de paciente entre partes autorizadas a través de sistemas y productos tecnológicos para mejorar la calidad, costos, seguridad y eficiencia de la entrega de cuidados para la salud.

Organizacional combina tanto los componentes técnicos como aquellos relacionados con políticas, sociedad y organización.

Interoperabilidad en sector salud: desafío crucial

¿Qué pasa al no tener sistemas que puedan intercambiar información?

Interoperabilidad: beneficios para el sector salud

●Hay un impacto en el sistema completo de cuidados para la salud en términos de seguridad, efectividad, calidad y costo.

●Se incrementar los costos al no haber compatibilidad entre los diferentes sistemas. La información tiene que reingresarse e incluso hay estudios que se tienen que rehacer y tener que reingresarse la información.

La industria de cuidados para la salud ha respondido buscando crear estándares que aseguren el intercambio fluido y eficiente de información. Diversas organizaciones se hayan dado a la tarea de desarrollar dichos estándares. Entre ellas destaca Health Level Seven International o HL7, cuyas normas fueron creadas para permitir el intercambio, integración, repartición y la recuperación de información electrónica de salud.

Versiones de HL7

Actualmente existen tres versiones:

HL7 V2: Es el estándar de mensajería más extendido para el intercambio de información clínica entre sistemas.

Interoperabilidad: beneficios para el sector salud

HL7 V3: Este estándar engloba no solo mensajería, sino también tipos de datos y terminologías. Tiene un enfoque semántico y es más estricto que la versión 2. Esto hace que sea menos usado.

FHIR: Introducido en 2017, FHIR (recursos rápidos de interoperabilidad en salud, por sus siglas en inglés y pronunciado “faier”) combina las mejores características de las dos versiones anteriores, así como CDA. Es, además, una interfaz de programación de aplicaciones o API y, al mismo tiempo, aprovecha las tecnologías de servicios web.

Los “recursos” son cualquier categoría dentro de la realidad del sector salud, como por ejemplo pacientes, citas o análisis. A diferencia de las versiones anteriores, FHIR está diseñado para la interoperabilidad por lo que es una solución flexible y personalizable.

Los expertos de la industria destacan la importancia de la implementación de FHIR para la obtención de una verdadera interoperabilidad en el sector salud. Calculan que eso sentará la base para el futuro uso de diversas tecnologías emergentes incluyendo inteligencia artificial y machine learning. Sin embargo, otros expertos señalan que FHIR no es una panacea por sí misma y que el camino hacia la interoperabilidad en el sector salud debe contemplar una combinación de diversas tecnologías.