Las TIC tuvieron un fuerte impulso en las universidades a causa de la pandemia de COVID-19. Entre las tecnologías que se revelaron con el mayor potencial transformador se cuenta la analítica del aprendizaje, que permitirá personalizar la educación. Una de las estrategias que fomentarán dicha transformación es la utilización de la inteligencia artificial en los exámenes. Esto permitirá pasar de las pruebas estandarizadas de hoy a evaluaciones mucho más útiles para crear y optimizar planes de estudio individualizados para cada alumno. Es decir, con una granularidad imposible de alcanzar en los salones de clases tradicionales.
De hecho, ya durante la pandemia hubo universidades estadounidenses que dejaron de utilizar pruebas estandarizadas, dado que las consideraron inadecuadas para medir el aprovechamiento de los alumnos en las condiciones creadas por el confinamiento. También hubo algunos atisbos de las ventajas de combinar una de las ramas de la IA, el aprendizaje automático (machine learning), con sistemas de gestión del aprendizaje (LMS) para mejorar la educación.
Algoritmos refinados y funcionales
Los primeros pasos para utilizar la inteligencia artificial en los exámenes son anteriores a la pandemia. En 2017, en Corea del Sur, la firma Riiid lanzó al mercado la aplicación móvil Santa (hoy TOEIC PREP). Habilitada con IA, estaba diseñada para ayudar a los estudiantes a prepararse para presentar el Test of English for International Communication (TOEIC), una prueba estandarizada de dominio del idioma inglés, requisito en ese país para entrar a la universidad o conseguir mejores trabajos.
La aplicación —en versiones para Android, iOS y web— fue gratuita en sus primeros dos años. No tardó en ganar popularidad entre los estudiantes, quienes comprobaron que con tan sólo 20 horas de uso de la herramienta lograban mejorar su puntaje en la prueba hasta en 165 puntos (sobre un total de 990). Ahora, aun cuando ya es de pago, es la aplicación educativa más vendida en Corea del Sur y Japón, donde suma más de dos millones de usuarios.
En ese lapso de dos años, los creadores de la app tuvieron oportunidad de refinar los algoritmos empleados para mejorar su desempeño y añadirle funcionalidades. Para ello recolectaron un nutrido big data que hoy constituye uno de los mayores conjuntos de datos sobre el proceso de aprendizaje en el mundo. Y no sólo Riiid ha sacado provecho de ellos: se encuentran disponibles públicamente bajo el nombre EdNet y han sido utilizados por otros investigadores, principalmente de China y otros países asiáticos.
Alcances de la inteligencia artificial en los exámenes
De acuerdo con sus creadores, a la aplicación le bastan 10 minutos de interacción inicial con un estudiante para predecir con una precisión superior al 90% el puntaje que obtendrá en una prueba estandarizada. También detecta cuáles son sus debilidades y fortalezas e inclusive puede prever cuándo un alumno se aburrirá y se desconectará. Tal información sirve para ofrecer a cada estudiante material adicional para mejorar sus resultados, en sesiones de duración adecuada para optimizar su aprovechamiento.
Al utilizar la inteligencia artificial en los exámenes para evaluar a los alumnos de manera continua e individualizada, las pruebas estandarizadas dejan de tener sentido. La métrica ya no pone el acento en la calificación obtenida por cada estudiante, sino en la ruta que debe seguir para aprender los contenidos del programa educativo y se enriquece la enseñanza.
Este año, Riiid extenderá sus operaciones a Latinoamérica. En Brasil se asoció con la firma Inicie (uno de los mayores proveedores de tecnología para educación en ese país) y en Colombia con la empresa de educación Casa Grande (la más grande de esa nación y de Puerto Rico). En ambos casos, se combinará la tecnología desarrollada por Riiid con los contenidos provistos por las firmas latinoamericanas para crear sendas aplicaciones móviles regionalizadas. El propósito es preparar a los alumnos para presentar el examen de admisión a la educación universitaria. La utilización de la inteligencia artificial en los exámenes es un ejemplo más de las TIC aplicadas a la educación. Se suma a las soluciones de videoconferencias para impartir clases a distancia, los chatbots inteligentes, la Internet de las Cosas (IoT), los cada vez más numerosos MOOC, las aplicaciones móviles para tabletas y teléfonos inteligentes, las realidades virtual y aumentada y la impresión en 3D.