Hay un auge de la conectividad remota entre estudiantes, profesores y personal en las universidades. Por lo tanto, cada vez más servicios o experiencias se basa hoy en herramientas digitales. En muchos casos, las redes universitarias no tienen suficiente flexibilidad o ciberseguridad para adaptarse a los cambios.
Las redes universitarias transmiten datos generados en un vasto universo de fuentes. Es decir, en un momento dado, puede haber decenas de miles de dispositivos conectados en un campus, desde usuarios finales hasta sistemas de la Internet de las cosas (IoT). Eso entraña una complejidad técnica, pues se multiplican los diferentes protocolos que no siempre se adaptan de manera óptima a la infraestructura de red existente. La respuesta es modernizar la arquitectura de las redes universitarias. Ello implica una red abierta, con inteligencia artificial incorporada y automatizada al menos en parte.
●Redes abiertas: La arquitectura de redes debe ser flexible y adaptable no sólo a Wi-Fi, sino a otros protocolos. Esto es con el fin de que funcione con una amplia variedad de dispositivos y proveedores de IoT.
●Inteligencia artificial: Las redes universitarias deberían, por ejemplo detectar los nuevos dispositivos cuando se conectan y determinar cuando ocurren actividades inusuales o peligrosas. Eso evita que el personal de soporte se vea saturado por tareas de verificación que podrían ser resueltas de otra manera.
●Automatización: Ligado con el punto anterior, las redes universitarias modernas deben ser capaces de tomar acciones automatizadas en respuesta ante situaciones predefinidas. Eso agiliza y vuelve más eficiente la gestión de la red.
Herramientas en evolución
Modernizar las redes universitarias es importante para las instituciones educativas para conseguir diversos objetivos. Entre ellos se encuentran:
●Fortalecer la educación en línea y las clases híbridas. Ahora que los alumnos no requieren estar todo el tiempo en las instalaciones de la universidad e, inclusive, pueden estudiar en campus digitales, las redes universitarias robustas resultan indispensables.
●Facilitar el despliegue de las realidades virtual y aumentada. El uso de esas tecnologías en las aulas continuará en aumento en los próximos años. Un ejemplo son los gemelos digitales. Su rendimiento depende de redes universitarias con baja latencia y una asignación eficiente del ancho de banda.
●Respaldar las herramientas de colaboración en línea y aprendizaje interactivo. Las nuevas generaciones de estudiantes se conectan entre sí y con la escuela mediante herramientas que dependen de las redes universitarias, como chats, videoconferencias y soluciones de LMS o SRM.
●Brindar un aprendizaje personalizado. Mediante la analítica del aprendizaje se puede monitorear con detalle del desempeño académico de cada estudiante. Desde controlar la frecuencia con la que asisten a clases hasta verificar qué cursos ha tomado y las calificaciones obtenidas. Así, mediante este aprovechamiento del big data, las universidades pueden brindar a sus alumnos un seguimiento individualizado. Eso permite responder a sus necesidades con puntualidad e incrementar sus posibilidades de éxito académico.
Ciberseguridad y redes universitarias
●Responder ante la Internet de las Cosas. En los campus hay numerosos dispositivos conectados a las redes universitarias. Cada uno consume ancho de banda y tiene requerimientos específicos que las redes de arquitecturas heredadas difícilmente podrán satisfacer.
●Mejorar la operación administrativa y docente. Para ello, las redes universitarias deben entregar la información necesaria a los usuarios en el momento en que la necesiten. Esto impacta particularmente en momentos de gran demanda de recursos, como el periodo de inscripciones.
●Fortalecer la ciberseguridad. Las universidades enfrentan una amenaza continua por parte de los ciberdelincuentes. Los ataques suelen filtrarse a las redes universitarias a través de dispositivos terminales vulnerables o bien, a partir de acciones indebidas de algún usuario. Ahora bien, el phishing y la ingeniería social no pueden ser contrarrestados fácilmente. Sin embargo, una buena arquitectura de redes incorpora soluciones y políticas de ciberseguridad para atajar a los hackers y minimizar el daño.
●Aprovechar las diversas soluciones as-a-Service. Ya sea que se trate de almacenamiento, escritorios virtuales o comunicación, el número de herramientas en la nube que usan las universidades sigue aumentando. Utilizarlas de manera eficiente requiere un buen soporte de red 24/7, lo cual funciona mejor cuando se trata de arquitecturas modernas.